Nos ha costado sangre sudor y lágrimas. Pero España ha conseguido derrotar a ETA. Con o sin el espectáculo de hoy, el terror está a punto de convertirse en una historia desgraciada de nuestro país. Si esta operación de imagen montada con la ayuda inestimable de los verificadores sirve para algo, bienvenida sea. Pero sin olvidar que la iniciativa no está en los asesinos. Está en el Estado de derecho que es quien impone las condiciones.