Claro que, las averías son más probables cuando sólo disponemos de dos aviones de segunda mano que comparten la jefatura del estado y la presidencia del gobierno.
Y se echarán las manos a la cabeza por esta avería los mismos que cuando se compraron estos dos aparatos hace doce años para sustituir un Boeing de los años 60, se echaron las manos a la cabeza por considerarlo un gasto desproporcionado y superfluo. No por sus gastos, sino por lo que ocultaba a Hacienda, ha sido condenado esta mañana Carlos Fabra.