Primera sesión de la moción de censura en la que hemos sacado una idea clara, si no la teníamos ya, del objetivo y propósito de este recurso parlamentario. Aprovechando la vanidad de quien ha sido un gran político y no menor pensador económico como hoy ha demostrado, aprovechando que Ramón Tamames se ha dejado, Pedro Sánchez y Santiago Abascal se han retroalimentado para utilizar la tribuna en beneficio propio.
El líder del PSOE y el de Vox haciendo glosa de sus respectivos programas políticos y dándose oxígeno político mutuo, mientras el profesor emérito escuchaba el intercambio de zurriagazos pacientemente durante dos horas y media hasta que llegara su turno. Resulta que el supuesto protagonista de la moción de censura no contaba con que Sánchez y Abascal tienen un ego si cabe mayor que el del viejo profesor y unas urgencias políticas en las que Tamames sólo cuenta como marioneta. Ha sido una vergüenza.