Mire, hay algunos que cuando cogen la linde, la linde se acaba y ellos siguen. Que varios ministros del gobierno critiquen a Ione Belarra por cargar contra los empresarios de la alimentación no evita que la líder de Podemos siga atizando sobre el mismo clavo.
Está convencida de que así obtiene votos entre sus parroquianos. Puede. Pero que todo el discurso económico parezca más bien una cuestión de ojeriza, da cuenta del nivel.
Luis Planas, Nadia Calviño, ministros con formación, han tratado de explicarle que las empresas crean riqueza y puestos de trabajo y que se puede hablar de todo pero no demonizar. Esfuerzo vano.
Zapatero aprendió economía en dos tardes, este fin de semana puede ser un buen momento para que Belarra hinque codos mientras repasa los datos de crecimiento. Un 5'5% en todo 2022, que está muy bien pero que vuelve a confirmar que en el último trimestre nos hemos frenado.