El gobierno de Pedro Sánchez, el Gobierno de España se somete mañana al escrutinio de Puigdemont en Suiza. Y para que el fugado que dirigirá nuestro futuro no se pase de la raya en sus imposiciones, nuestro ejecutivo irá con un acompañante, de esos que se utilizan para mediar entre dos países en guerra.
La puesta en escena es vergonzosa incluso para el Gobierno porque sólo así se entiende que oculte el lugar del encuentro y el nombre del director espiritual de ambas partes.
Puestos a aceptar verificador como elemento de compañía, aceptémoslo para todo. Seguro que haría un buen servicio al gobierno para evitar que la lista de países ofendidos por Sánchez siga creciendo.