Junts, el partido de Puigdemont, informaba a primera hora al resto del Estado, que para eso tienen la batuta. Ha pactado con el Gobierno central el reparto de menores migrantes no acompañados.
De los 4.400 aceptan 20 y presumen de que han logrado que Madrid reciba 700. Lo explican en que ellos han hecho ya mucho esfuerzo en este asunto cuando en realidad les superan ampliamente en atención a menores migrantes Canarias, Andalucía o Madrid.
Junts no tiene complejos en mostrarse como es. Extrema derecha pura y dura. Pero una extrema derecha a la que el Gobierno no hace ascos, con la que pacta y con la que se reúne de madrugada para pulir acuerdos como este. Acuerdos que ocultó horas antes al resto de Comunidades en la conferencia sectorial de inmigración. Porque para Sánchez hay extremas derechas y extremas derechas. Y esta, la catalana, es de las buenas.
