Nadia Calviño será presidenta del Banco Europeo de Inversiones a partir del próximo 1 de enero. Su prestigio europeo es evidente y conocido. Fue directora de presupuestos en la Comisión. Pedro Sánchez la reclutó como experta pero en todo este tiempo Calviño nunca ha ocultado su interés por catapultarse a otros puestos más internacionales.
No lo logró con la presidencia del FMI o del Eurogrupo pero le ha llegado el momento. Está claro que la vicepresidencia de España se le quedaba pequeña a una alta funcionaria que en estos años le había cogido el gusto al combate político cuerpo a cuerpo y lo practicaba con total vehemencia.