El deterioro paulatino del planeta provocado por la acción del hombre es una evidencia que casi nadie discute. Cumbres como la de París, que buscan frenar el destrozo, constituyen una declaración de intenciones necesaria. El problema viene cuando esos Jefes de Estado y de Gobierno tienen que convencer a sus votantes de que dejen el coche en casa o paguen más impuestos para impulsar las renovables. Porque conciencia no falta, pero cuando se trata del bolsillo... es otra cosa.
Editorial de Elena Gijón: "Conciencia no falta pero cuando se trata del bolsillo..."
El deterioro paulatino del planeta provocado por la acción del hombre es una evidencia que casi nadie discute. Cumbres como la de París, que buscan frenar el destrozo, constituyen una declaración de intenciones necesaria. El problema viene cuando esos Jefes de Estado y de Gobierno tienen que convencer a sus votantes de que dejen el coche en casa o paguen más impuestos para impulsar las renovables. Porque conciencia no falta, pero cuando se trata del bolsillo... es otra cosa.