Minuto económico: Chinos y romanos
El Imperio Romano no sobrevivió durante siglos sólo por la fuerza de sus legiones. Mucho tuvo que ver su capacidad para administrar de manera razonable tan vastos territorios. Una de las normas impuestas durante la República era la obligación de cualquier administrador y gestor de la “res pública” de presentar sus cuentas al Senado al final de su mandato. El Senado y el Populus Romanus no querían descuadres. El inicio de la fama de Cicerón como abogado vino precisamente por uno de estos procesos. Nosotros no somos el pueblo ni el Imperio Romano pero necesitamos urgentemente aclaración en las cuentas. Los anteriores gobernantes, tanto de la Administración central como de la autonómica, nos han dejado 40 mil millones de euros de descuadre. El ministro de Hacienda ha defendido las responsabilidades penales como medida extrema para los gestores. En Onda Cero, Montoro hablaba de inhabilitación. La vicepresidenta Saénz de Santamaría ratificaba la cuestión al defender la Ley de Transparencia con inhabilitación para los gestores nefastos. Y es que, de repente, este año nos vemos enfrentamos a reducir el déficit público a la mitad, porque el anterior Gobierno lo elevó en un tercio por encima de lo previsto. Ahora hay que hacer este adelgazamiento con dos años de recesión encima, como adelantaba el Fondo Monetario Internacional. Es decir, si no quieres sopa, pues dos tazas. Lo único bueno de este 2012 es que, según los chinos, hoy entramos en el Año del Dragón del agua. Según la mitología china este símbolo es el Guardián de la Sabiduría, de los Tesoros, del poder y portador de la buena suerte. Pues nada, nos echaremos en brazos del Dragón, porque de todo eso estamos muy necesitados.