La Vida de Pi recuerda la situación de España frente a la crisis. Tras un naufragio, Pi debe enfrentarse durante meses a un tigre en el bote salvavidas. Desde el naufragio de la economía, que comenzó en el 2007, España lleva enfrentándose al tigre de la crisis, intentado evitar los zarpazos de la recesión. No siempre se consigue, ahí están las profundas heridas provocadas por las afiliadas garras del félido para atestiguarlo. La última: la no revalorización de las pensiones. Una inflación del 2 con 9% ha llevado al Gobierno a decidir no actualizar las pensiones e intentar compensar a las más bajas con una subida del dos por ciento para el año que viene frente al uno previsto. La titular de empleo argumentaba que era un acto de responsabilidad. Otro ministro comentaba antes, que en esta crisis, al final, hay que elegir el mal menor. Pero son los pensionistas los que sufren ahora el zarpazo. El Gobierno cruza así una nueva línea roja en su combate contra la recesión. La dificultad añadida es que esta lucha agotadora para no caer en las fauces del félido de la crisis se desarrolla en un muy estrecho margen. Tan reducido como el bote salvavidas de apenas 6 metros de Pi, y flotando en el océano de la economía global, tan inmenso como el Pacífico y tan agresivo como él, con tormentas financieras que recuerdan la ira del cielo. Rodeado de tiburones hambrientos y crueles como los mercados. Para remate, los únicos brotes verdes a veces parecen espejismos y otras se transforman en algas tóxicas. Hay que llegar cuanto antes a la tierra salvadora de la recuperación, a pesar del sol abrasador, de la debilidad de la actividad, con sed de trabajo y falta de comida, falta de dinero que alimente la reactivación. En la Vida de Pi, el protagonista Piscine logra amaestrar al tigre. Con la crisis se intenta hacer lo mismo. Es una crisis tan irracional como un felino y como el número Pi, 3,14159265…. En esta historia de resistencia hay dos cosas seguras, tenemos más valor que el tigre y que la crisis no será infinita como lo es π.
Minuto económico: 'La vida de Pi'
La Vida de Pi recuerda la situación de España frente a la crisis. Tras un naufragio, Pi debe enfrentarse durante meses a un tigre en el bote salvavidas. Desde el naufragio de la economía, que comenzó en el 2007, España lleva enfrentándose al tigre de la crisis, intentado evitar los zarpazos de la recesión. No siempre se consigue, ahí están las profundas heridas provocadas por las afiliadas garras del félido para atestiguarlo. La última: la no revalorización de las pensiones. Una inflación del 2 con 9% ha llevado al Gobierno a decidir no actualizar las pensiones e intentar compensar a las más bajas con una subida del dos por ciento para el año que viene frente al uno previsto. La titular de empleo argumentaba que era un acto de responsabilidad. Otro ministro comentaba antes, que en esta crisis, al final, hay que elegir el mal menor. Pero son los pensionistas los que sufren ahora el zarpazo. El Gobierno cruza así una nueva línea roja en su combate contra la recesión. La dificultad añadida es que esta lucha agotadora para no caer en las fauces del félido de la crisis se desarrolla en un muy estrecho margen. Tan reducido como el bote salvavidas de apenas 6 metros de Pi, y flotando en el océano de la economía global, tan inmenso como el Pacífico y tan agresivo como él, con tormentas financieras que recuerdan la ira del cielo. Rodeado de tiburones hambrientos y crueles como los mercados. Para remate, los únicos brotes verdes a veces parecen espejismos y otras se transforman en algas tóxicas. Hay que llegar cuanto antes a la tierra salvadora de la recuperación, a pesar del sol abrasador, de la debilidad de la actividad, con sed de trabajo y falta de comida, falta de dinero que alimente la reactivación. En la Vida de Pi, el protagonista Piscine logra amaestrar al tigre. Con la crisis se intenta hacer lo mismo. Es una crisis tan irracional como un felino y como el número Pi, 3,14159265…. En esta historia de resistencia hay dos cosas seguras, tenemos más valor que el tigre y que la crisis no será infinita como lo es π.