Reconozco que no entendí mucho al Ministro Escrivá con la especie del carné por puntos para consumir pornografía. Imagino que ningún gobernante quiere hacer las cosas mal, salvo esos en los que todos pensamos y que no gozan de mucha estabilidad cerebral.
Proteger a los más pequeños y jóvenes del abuso de una sexualidad deliberadamente irreal es algo que de verdad nos ha de preocupar. Médicos y otros expertos son muy claros en nexar comportamientos de imitación que terminan en desgracia.
El fácil acceso y la sobrexposición deben ser revisadas, estudiadas y si se estima, acotadas. Pero ha de hacerse bien y por bien entiendo que las medidas no dejen hueco a la broma, al pitorreo y la nadería como es el caso.
Creo en serio que ante problemáticas novedosas no valen dogmas, postulados partidistas, valen diagnósticos certeros y planes integrales serios y consensuados. Y sí, papás, mamás, hay que hablar de sexo con naturalidad. Facilitemos ese trabajo al sistema educativo. Siempre mejor nosotros que las pantallas.