A ver si nos entendemos. No va a haber presupuesto.
A ver si nos entendemos. Ni se ha destinado ni se va a destinar un euro al referéndum.
Cristóbal Montoro, el ministro prudente y siempre ponderado, ¿verdad?, se erigió él mismo como garante. Nos dio a todos su palabra: el dinero que el contribuyente paga al Estado bajo ningún concepto acabaría siendo usado para intentar reventar el Estado.
Este miércoles el ministro preguntó al gobierno catalán quién ha pagado la campaña de propaganda del primero de octubre y el gobierno catalán le hizo una pedorreta.
Preguntó de dónde sale el dinero para la página web del referéndum y le dijeron que, por favor, no molestara.
Ayer, y ante la insistencia, el amable, educado y muy dialogante señor Junqueras, remató la operación choteo haciéndole ya del todo la butifarra a Montoro. El corte de mangas institucional. Le hizo saber que a partir de ahora, tururú, no le piensa enviar la planilla con el dinero que gasta y en qué lo gasta.
De manera que hoy…esperamos todos a Montoro.
El garante. El guardián. La garantía.
Vamos a ver cómo le llama el gobierno central a lo que hoy apruebe. Si lo llama abiertamente intervención de las cuentas de la Generalitat o prefiere darle otro nombre. Y si el amable y dialogante Junquerassigue ejerciendo de jefe de las finanzas catalanas o pierde, de facto, esas funciones.
La parroquia independentista, anoche, en la plaza de toros de Tarragona. Mostrándose así de tolerante con el alcalde de la ciudad, que ha resistido a la presión del gobierno autonómico y no ha cedido locales municipales para el referéndum. Tal como ordenó Puigdemont a los suyos, hay que encararse con los alcaldes que cumplen las resoluciones del Constitucional. Hacerles sentir la presión de la calle.
En el mítin que se montaron Puigdemont y Junqueras a mayor gloria de sí mismos, el presidente de la mitad de los catalanes insistió con el raca raca de lo audaces que están siendo frente al estado.
El estilo Rufián se ha extendido entre la dirigencia del proceso indepe. Todos de chiste en chiste, de broma en broma.
El vicepresidente intentó travestir al presidente de la comisión europea, Juan Claude Juncker, en un avalista del proceso.
Perdonen la cacofonía: Junqueras invocando a Juncker.
El desahogo de costumbre. La distorsión a sabiendas. Juncker ni es independentista catalán ni tiene la menor simpatía por la embestida que el independentismo realiza al estado de derecho.
El señor Juncker lo que dijo ayer es una perogrullada. Que si llega el día en que se celebre un referéndum legal en Cataluña y gana el sí, Europa aceptará el resultado. Pues claro, oiga, sólo faltaba. Y si gana el no, también, téngalo presente. Si es un referéndum legal, cuyo resultado acepta el estado español, a ver por qué no lo iban a aceptar los demás.
Pero para que la autodeterminación sea legal en España, perdón por la insistencia, sólo hay un camino posible: la reforma previa de nuestra Constitución. No parece tan complicado entenderlo.
Puigdemont y Junqueras siguen apretando la taleguilla. Crecidos, anoche, en el albero del Tarragona Arena. El estilo Rufián se ha extendido a todos los líderes del proceso y ahora van de chiste en chiste. Buscando que su parroquia le ría la gracia y se descubra ante su exhibición de ingenio.
La señora Colau, al cabo de esta tarea hercúlea, complejísima, que ella misma se impuso para encontrar las fórmulas que hagan posible desobedecer al TC poniendo urnas, ha dado ya con la solución, ¡eureka! Habrá urnas pero no las pondrá ella.
La tarea nunca tuvo nada ni de compleja ni de heroica. Colau supo desde el principio que si abría ella mismos los colegios la podían empitonar a ella y oiga, su compromiso con el derecho a decidir y la voluntad popular y todo eso no llega, entiéndame, tan lejos. Por eso supo, también desde el principio, que el secretario del ayuntamiento le diría que no era buena idea abrir los colegios. Y por eso supo desde el principio que los locales que se abrirían serían los de la Generalitat, con su cálido aliento pero a cubierto, en el burladero.
Le servirá de coartada al independentismo para poder decir que no han votado sólo los del sí. O no, porque si la alcaldesa es coherente consigo misma volverá a votar a favor de la independencia. Ya lo hizo hace dos años y está deseando volver a hacerlo. No porque ella sea independentista, claro que no, sino porque ella, antes que cualquier otra cosa, es anti marianista. Meter la papeleta en la urna significa, para ella, darle una bofetada a Rajoy. Por eso no se descarta que además de votar, repita.
El fiscal general del Estado, Maza, en La Brújula. Explicando por qué no se ha actuado para impedir el mítin por el referéndum.
Y más cosas que dijo Maza.
Hay un alcalde del PSC al que le trae sin cuidado lo que diga su partido. Xavier Gracia, de Gratallops. Éste sí pondrá urnas.
Lo grave no es que le traiga sin cuidado Iceta. Lo grave es que le traiga sin cuidado la ley.
Es que me lo piden los vecinos, dice. Pues chico, cuídate de que no te pidan nunca que te tires desde la torre del campanario. O que les quites los impuestos. O que atraques una joyería. Si te