OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Rajoy se fotografía en la nieve preguntándose cuántas nevadas más le quedan en la Moncloa"

Otra mañana complicada para andar en carretera de Despeñaperros para arriba.

No se espera la madre de todas las nevadas—ésa ya la tuvimos ayer en medio país— pero sí se anuncia una jornada aún más fría y con más hielo. Están las temperaturas hoy como el Dow Jones: desplomadas.

Luego le preguntaré a Ignacio Rodríguez Burgos, nuestro arúspice de los mercados financieros, qué pronóstico lee en las entrañas de los inversores entregados en sacrificio. Más de un cuatro y medio de caída en Wall Street. Se le ha puesto a Donald Trump el pelo para atrás. Con lo orgulloso que estaba él de que la bolsa fuera como un tiro y ahora llega el frenazo. La corrección, como dicen los analistas. Se nos fue la mano con la valoración de las compañías y ahora corregimos. Ya, pero ¿hay algo más que deba inquietar al resto del mundo? ¿Es una sombra sobre la buena salud económica de los Estados Unidos, el principal argumento de Trump para defender su primer año en el cargo?

La pregunta, luego, al arúspice.

Y la otra pregunta del día, en el ámbito económico (español) y por supuesto en el político: ¿se presenta o no Luis de Guindos al puesto de consejero en el Banco Central Europeo? ¿Formalizará hoy el gobierno la candidatura del todavía, a esta hora, ministro de Economía o será otro, u otra, la apuesta mariana?

En el ánimo del presidente no parece que vaya a influir la opinión del Partido Socialista. Si hasta ahora no ha recabado su criterio para elegir candidato (según contó ayer el portavoz del PSOE) no parece probable que le afecte que el PSOE le pida que en lugar de a De Guindos busque una mujer bien preparada.

Cambiar de caballo a estas alturas de la carrera quedaría raro. Y es verdad que oficialmente nunca se ha dicho que De Guindos aspire a colocarse en el Banco Central Europeo, ni siquiera que España reclame para sí ese sillón para compensar que anda canina en el desempeño de puestos de responsabilidad europeos. Pero hasta este momento, el candidato oficioso del gobierno de España ha sido De Guindos y únicamente De Guindos. Y el plazo para postularle termina hoy. Y si al final el presidente del gobierno le abre la puerta para que vuele a Frankfort, lo que se abre en el gobierno es la expectativa: de aquéllos que querrían ocupar el sillón que deje aquí De Guindos y de aquellos que desearían incluso ocupar un sillón más importante: la vicepresidencia económica, si Rajoy se animara a resucitar ese puesto. A alguno se le han empezado a poner los dientes largos.

Como el día ha amanecido gélido, con el hielo como compañero de viaje (o de no viaje) de miles de automovilistas madrugadores y después de la madre de todas las nevadas en media España, retieremos a esta hora nuestro salmo de esta mañana:

Benditos sean los servicios de emergencia.

Benditos sean porque sólo cuando las estamos pasando… muy mal caemos en la cuenta de lo necesarios que nos resultan.

• Estimados conductores de las máquinas repartidoras de sal. Nuestra unidad anti-hielos.

• Estimados comandantes de las quitanieves, pioneros que abren, o reabren, caminos.

• Capitanes de la Protección Civil, policías municipales, bomberos que hacen mucho más que apagar incendios, alcaldes de pequeños pueblos de montaña que no cobráis un euro, hoy es el día de subrayar vuestra condición de servidores públicos.

Es vuestro trabajo, es verdad. Pero tampoco pasa por agradeceros que lo hagáis bien en las peores circunstancias.

Y la Guardia Civil. La Guardia Civil del rural y la Guardia Civil en carretera.

Les ponemos mala cara cuando están con el radar poniendo multas, pero se abre el cielo cuando les vemos llegar en una carretera que se ha cubierto de nieve con los automovilistas dentro.

Vayamos a la Dirección General de Tráfico a actualizar el estado de las carreteras, a ver si tiene incidencia aquella por la que usted cada mañana circula.

Qué día aquel del seis de enero. La legión de chavales que se quedó sin ir al colegio porque no pasaba la ruta. Padres y madres que de pronto se ven con el crío en casa y obligados a recalcular su día.

Empleados que no pudisteis llegar a trabajar. Por causa sobradamente justificada.

Empleados que sí llegasteis pero a los que vuestros jefes animaron a irse a casa antes de que se pusiera todo peor y el atasco, por ejemplo en Madrid, fuera morrocotudo. Ay, Madrid, la que se lía en Madrid cuando aparece la hermosa nieve…que se convierte en maldita nieve en cuanto cuaja.

Mariano Rajoy, haciendo gala ayer de su condición de hombre normal, salió como un madrileño más a hacer fotos de la nevada. En los jardines de su casa, que es la Moncloa.

"Comparto con vosotros una bonita imagen de la Moncloa nevada", escribió el presidente, tuiteando y tuteando. La bonita imagen resulta que era él, porque en la foto el que sale es él con la Moncloa nevada alrededor de su singular figura.

Un poco como Rufián, que se fue el sábado a Estremera a reconfortar a Junqueras y, en realidad, lo que se hizo fue un selfie. De visitante en prisión. Sacrificado hasta las entrañas.

Se fotografió Rajoy viendo nieve. Y preguntándose, quizá, cuántas nevadas más le quedan por ver en el Palacio de la Moncloa.

Que dice el CIS que sigue siendo el primero, pero que la cosa pinta malamente si de aquí a las generales se mantienen las tendencias. Porque Rivera sube, a su costa y a costa de los demás. Le llegan votos que antes fueron del PP, o que fueron del PSOE, o que fueron (estos ya menos) de Podemos. El PP, a la baja. Ciudadanos, para arriba. El PSOE ni fú ni fa y Podemos en la cola.

O en porcentaje de voto:

• 26 para el PP;

• 23 para el PSOE;

• 20 (casi 21) para Ciudadanos;

• 19 para Podemos.

No es tan entusiasmante el CIS, para Rivera, como las encuestas de los medios privados, pero todo lo que dice de él, en la letra pequeña, es bueno para él y preocupante para el resto. Lo principal: que es el líder mejor valorado y el mejor valorado por sus propios votantes. Y que en la brecha generacional que reflejan todos los sondeos, el voto del centro derecha menor de 45 años es casi todo para Ciudadanos y apenas nada para el PP.

El reino de Rajoy empieza a estar en los mayores, muy mayores, y sólo en ellos.

Es verdad que el nuestro es un país cada vez más envejecido, pero no parece una estrategia muy depurada confiar a ello tu permanencia.

La cosa catalana ha dado gasolina a Ciudadanos y se la regateado al resto.

¿Y en la cosa catalana qué tenemos hoy?

Pues que el PuigDeCat, con el aliento resignado de Esquerra, se prepara para oficiar un simulacro de investidura. Fingir la restitución de Puigdemont como president pero, en verdad, poner ya a otro.

En el ADN de la mayoría independentista del Parlamento está la predisposición al simulacro.

• Hicieron un simulacro de referéndum en octubre.

• Hicieron un simulacro de legislación.

• Hicieron un simulacro de republica catalana.

Sólo que todos estos acabaron siendo simulacros no porque el rodillo del Parlament así lo pretendiera, sino porque actuaron las válvulas de seguridad del sistema y la pretensión del rodillo quedó desbaratada.

La diferencia es que ahora hacen un simulacro sabiendo que lo es y sin pretender, siquiera, que nadie se lo tome en serio. Ni Puigdemont, que en cuanto dé su visto bueno a que hagan una investidura de verdad con un candidato que no sea él (Turull, Artadi, Pujol, el que sea) estará admitiendo que su regreso a la presidencia catalana ha quedado abortado.

Naturalmente, lo que no quedará abortado es el poder que siga teniendo —en las primeras semanas, al menos— como jefe de filas de aquel al que pongan en el Plaza de Sant Jaume como testaferro. El hombre (o la mujer) de paja iniciará camino a las órdenes del prófugo, aunque a medida que le coja el gusto a la firma —ésta es la historia de nuestro tiempo— irá gustándole también tomar decisiones propias al margen del molt honorable de pega. Y sólo entonces sabremos si aspira de verdad a gobernar Cataluña o aspira sólo a entregarse en ofrenda al Tribunal Supremo.