Monólogo de Alsina: "ETA siempre fue patética. El problema es que mataba"
¿Cómo están? Bienvenidos a una nueva mañana de radio. Del 04 mayo de 2018. El día en que Josu Ternera se va a quedar en el paro.
Antes de jubilarse como jefe etarra, ha intentado este hombre blanquearse. Blanquearse él. Blanquear la banda de la que ha sido cabecilla. Blanquear su historia repugnante.
Se ha grabado el etarra a sí mismo tres minutos de audio en los que lee el sermoncito final que también ha debido de escribir él con la aspiración de convertirlo en un documento esencial de la historia del pueblo vasco: el último comunicado de ETA al pueblo que utilizó durante sesenta años de coartada. La coartada para matar. Para odiar. Para dividir. Para destruir. El pueblo del que sólo una parte, muy nutrida —es verdad—, muy ruidosa —es verdad—, muy agresiva, muy cómplice, muy odiadora, alimentó a la bestia, la cobijó, la armó, la financió, la alentó. Y le dio información sobre los posibles asesinados para que dejaran de ser posibles y vinieran los pistoleros a matarlos.
Josu Ternera, jefe etarra que rentabilizado como nadie su condición de interlocutor, el tipo al que convenía dejar suelto para que pudiera hacer, ha prestado su último servicio a la causa inmoral que siempre fue el terrorismo etarra: predicar sus mentiras. Tres minutos de mentiras amontonadas. Leídas en español. Pero necesitadas, verán, de traducción simultánea.
ETA, organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, quiere informar al Pueblo Vasco del final de su trayectoria, después de que su militancia haya ratificado la propuesta de dar por concluidos el ciclo histórico y la función de la Organización.
ETA, banda especializada en matar vascos y no vascos, quiere falsear su trayectoria fingiendo que son sus militantes los que han votado bajar voluntariamente la persiana.
Como consecuencia de esta decisión:
Como consecuencia de esta falsificación:
"ETA ha desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras.
ETA se declara en estado de ruina.
ETA da por concluida toda su actividad política. No será más un agente que manifieste posiciones políticas, promueva iniciativas o interpele a otros actores.
ETA termina con el cuento de que lo que hacía era política. No volverá a dar la murga con sus comunicados, ni en grado de tentativa, o a lo que huele, que no es a flores.
Los y las exmilitantes de ETA continuarán con la lucha por una Euskal Herria reunificada, independiente, socialista, euskaldun y no patrialcal en otros ámbitos, cada cual donde lo considere más oportuno, con la responsabilidad y honestidad de siempre.
La y los etarras continuarán con su bla bla bla, no patriarcal, cada cual donde pueda, con la misma deshonestidad de siempre.
ETA nació cuando Euskal Herria agonizaba, ahogada por las garras del franquismo y asimilada por el Estado jacobino, y ahora, 60 años después, existe un pueblo vivo que quiere ser dueño de su futuro, gracias al trabajo realizado en distintos ámbitos y la lucha de diferentes generaciones.
ETA nació cuando Franco, y decidió seguir matando mucho después de que de Franco no quedara ni el polvo. Ahora, 900 asesinatos después, existe un pueblo que siempre quiso ser dueño de su futuro y, por querer serlo, ETA le mataba. A varias generaciones.
ETA desea cerrar un ciclo en el conflicto que enfrenta a Euskal Herria con los estados, el caracterizado por la utilización de la violencia política.
ETA desea que usted se crea usted el cuento del conflicto con los estados. Y que si ha matado a tanta gente es porque la han obligado.
ETA no tiene miedo alguno a ese escenario democrático, y por eso ha tomado esta decisión histórica, para que el proceso en favor de la libertad y la paz continúe por otro camino.
ETA no ha querido la democracia nunca, tampoco ahora. La paz y la libertad seguirán su camino a pesar de ella.
Es la secuencia lógica tras la decisión adoptada en 2011 de abandonar definitivamente la lucha armada.
Sí, aquí lo que dice es que el estado les ha ganado.
En adelante, el principal reto será construir un proceso como pueblo que tenga como ejes la acumulación de fuerzas, la activación popular y los acuerdos entre diferentes.
En adelante el principal reto será convertir a Arnaldo Otegi en en Mandela a Otegi. Con todas nuestras fuerzas. E involucrando, si se deja, a Podemos.
El independentismo de izquierdas trabajará para que ello conduzca a la constitución del Estado Vasco.
Otegi por fin va a buscarse un trabajo.
Esta última decisión la adoptamos para favorecer una nueva fase histórica. ETA surgió de este pueblo y ahora se disuelve en él.
Esta última decisión la adoptamos porque ya no nos queda gente ni para adoptar. ETA machacó a este pueblo y ahora se envuelve en él.
Gora Euskalerría Askatuta.
Ya nos vale a los asesinos de ETA".
Ya ven lo que hay.
La verborra etarra. La verbotarra.
Que además de a consituir un régimen marxista totalitario ahora aspiran a que sea totalitario pero no patriarcal. El patriarcado en versión etarra debe de ser que todos los animales que han ocupado el número uno de la banda criminal han sido siempre hombres.
Siempre fueron patéticos. El problema es que mataban.
Su presencia en la vida pública española —y en la vida íntima de tantos miles de familias destrozadas— nunca se debió a su proyecto político, ni a la farfolla de sus indigeribles comunicados. Su presencia se debió a que volaban casas cuartel. Sembraban de bombas trampa las playas. Enviaba sicarios a acribillar militares, policías, guardias, fiscales, jueces, políticos, periodistas. ETA debía el peso que tuvo como principal enemigo de la democracia en España a que mataba, secuestraba y extorsionaba. Y a que tenía una legión de seguidores que aplaudían todo lo que hiciera. Lo aplaudían porque ellos mismos lo alimentaban. La legión de cómplices de nombres mutantes: HB, Batasuna, Euskal Herritarrok. Jarrai, Segi. Las listas negras y las listas blancas.
Es un buen día para hacer memoria. Para recordar lo que nos hicieron. Para recordar lo que fuimos. Para recordar el tremendo chantaje al que fue sometida nuestra sociedad. El tremendo chantaje al que fue sometido el estado. El tremendo chantaje al que fuimos sometidos todos. O tragábamos con las imposiciones que estos tíos pretendían o seguían reventando casas cuartel y colocando bombas lapa. Estos tíos eran los de las pistolas pero no sólo. También eran los que les ayudaban a esconder las pistolas, los que les escondían a ellos, los que les señalaban los coches particulares de los policías y los militares, los que les seguían a los concejales y a los periodistas, los que les vigilaban para contarle a sus colegas cuál era el mejor lugar para cazarlos.
¿Cual es el primer recuerdo que tiene usted de la presencia de ETA en nuestras vidas?
Seguro que si hace memoria le viene a la cabeza la primera vez que escuchó hablar de esta banda. O el primer atentado del que tuvo noticia. O aquel que le tocó a usted más cerca.
Yo recuerdo la explosión que escuchamos en clase una mañana. El ruido. Tan inusual, tan rotundo, que era evidente que algo había pasado. No recuerdo si algún profesor vino a informarnos a los alumnos de qué era eso que había retumbado. Sí que aquel día fue la primera vez que vi la calle por la que yo pasaba cada día en el telediario. Un coche reventado. Cristóbal Colón y Carvajal, vicealmirante. Dos etarras ametrallaron el vehículo y le lanzaron dentro una granada. Y unos semanas después, Juan Bravo. Un land rover de la Guardia Civil. Y la plaza de la República Dominicana. El autocar que llevaba a los guardias de la escuela de tráfico.
Si usted me escucha desde Euskadi, desde Navarra, seguro que vivió de cerca más de uno. Es probable que conozca a alguna de las muchas familias que destrozó ETA. Quizá la suya es una de esas familias.