Territorio negro

La misteriosa historia de los ladrones de guante blanco y la Navidad "más millonaria" de España

Manu Marlasca y Luis Rendueles nos hablan este martes de aquellos ladrones que operaban bajo el lema "Sin armas, sin odio y sin violencia". También del golpe que realizó la banda de 'Casper' en el Banco Popular de Yecla.

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Madrid |

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Luis Rendueles y Manu Marlasca dedicaron su última sección de este año en Más de uno a los "malos favoritos" de estas fechas: ladrones de guante blanco. Inspirados por una célebre frase escrita en los muros de una cámara acorazada, repasaron junto a Begoña Gómez algunos de los golpes más espectaculares sin armas ni violencia que ha vivido España. Entre ellos, el gran protagonista: el asalto a la sucursal del Banco Popular en Yecla, Murcia, la nochebuena de 1998.

"Sin armas, sin odio y sin violencia". Esa fue la consigna que dejó escrita en 1976 el francés Alberto Spaggiari, tras vaciar 400 cajas de seguridad en la Société Générale de Niza. El golpe, considerado el primer gran butrón de la historia, se convirtió en símbolo de un tipo de delincuente meticuloso y no violento. Y sí: en España también tuvimos —y tenemos— herederos de Spaggiari.

Sin armas, sin odio y sin violencia

De los alunizajes a los butrones

Como explicaron Marlasca y Rendueles, muchos de los "cacos" patrios comenzaron robando coches o empotrando vehículos en escaparates (los famosos aluniceros), y evolucionaron hacia robos más sofisticados. Algunos, incluso, terminaron protagonizando vuelcos: asaltos entre bandas para robar droga y dinero. Un camino de alto riesgo que ha terminado con más de uno asesinado, como el Niño Sáez en 2017.

La Navidad más millonaria

Pero si hubo un golpe con tintes de leyenda, fue el robo de Yecla. La noche del 24 de diciembre de 1998, un grupo liderado por Ángel Suárez Flores, alias "Cásper", accedió con llave a la sucursal del Banco Popular. Aprovecharon el puente navideño para trabajar con total tranquilidad durante horas.

Tras desactivar las alarmas, abrieron la puerta de emergencia y metieron maquinaria pesada para perforar el hormigón de la cámara acorazada. Utilizaron mangueras conectadas a los grifos del aseo para refrigerar la punta de diamante del taladro. Un primer intento falló al dar con un pilar, pero pronto encontraron el acceso correcto.

El más menudo de la banda se coló por el agujero y reventó 89 de las 212 cajas de seguridad. Los ladrones trabajaron con tal calma que incluso salieron al exterior para comprobar si todo seguía en orden. Como relató luego Casper: "Eso sí que fue una Nochebuena y no las que pasan ustedes".

[[H3:Casper, un ladrón de leyenda]

El robo se descubrió el 27 de diciembre. La estimación oficial fue de menos de cinco millones de euros, pero algunos cálculos lo sitúan en quince millones. Y es que, según contó Casper más tarde, muchas de las cajas contenían dinero negro que sus dueños no se atrevieron a reclamar. Una de ellas escondía incluso dos kilos de cocaína.

La investigación, bautizada como Operación Orquídea —por la flor que Casper regalaba a las mujeres—, logró identificar a los responsables gracias a un descuido: las baterías de la taladradora industrial dejadas en la escena aún tenían su número de serie. El rastro llevó hasta una tienda de maquinaria en Lisboa y de ahí a Casper, considerado el único capaz de liderar un robo de tal calibre.

La Audiencia Provincial de Murcia condenó a dieciséis personas a penas de hasta dos años por robo y asociación ilícita. Del dinero, nunca más se supo. Ángel Suárez Flores no terminó sus días como ladrón de guante blanco. Fue condenado en 2015 a 89 años de prisión por secuestrar a un empleado del puerto de Algeciras en un intento de robar cocaína de un contenedor. Salió en libertad en 2020 por motivos de salud y murió en febrero de 2021 de forma natural.