LA CULTURETA

Oliver Atom y Kazuyoshi Miura

Miguel Venegas nos habla de Kazuyoshi Miura, la versión en carne y hueso del mítico Oliver Atom, que ha vuelto a disputar un partido de la primera división japonesa.

Miguel Venegas

| 24.10.2020 16:20

Yo no sé si sabéis que Oliver Atom existe y que sigue jugando al fútbol. Hablo del Oliver de verdad, el de carne y hueso, que no se llama Oliver Atom ni capitán Tzubasa, en versión original, sino Kazuyoshi Miura, y que claro, ya no recorre los campos de fútbol igual que antes porque tiene 53 años, muy bien llevados.

El caso es que esta temporada ha vuelto a jugar un partido de primera división japonesa con su Yokohama FC, de titular y con el 11 a la espalda. No marcó gol, pero el choque le valió el record como futbolista más longevo de la historia, superando a Sir Stanley Mathews, nada menos.

La historia de Miura nos la sabemos todos los niños de los 80’ y 90’. Joven prodigio del balón, salió de una pequeña ciudad japonesa para triunfar en el fútbol de verdad, lejos de su país, porque en Japón el fútbol no era más que un pasatiempo. Con 15 años llegó a Brasil, donde llegó a jugar en el Santos, el equipo de Pelé. Era 1982 y un dibujante llamado Yoichi Takahashi empezaba a contar su historia en un pequeño manga que acabaría dado la vuelta al mundo en una serie de dibujos animados.

Y hasta aquí sus vidas paralelas, la de Oliver y la de Miura. Porque Oliver dio el salto a Europa para jugar en la liga francesa y después en el Barça, y jugó un Mundial en el que Japón era potencia. En el mundo real, Miura dejó Brasil y volvió a casa. Japón aprovechó el tirón de su nueva estrella y creó la J-League, la liga profesional nipona, que Miura ganó en dos temporadas consecutivas. Y de ahí, sí, voló a Europa a probar fortuna.

Fichó por el Genoa y jugó 21 partidos en la liga italiana. Le ponían de centrocampista y no se adaptaba, y demás se encontró con una leyenda, Franco Baresi, que le rompió la nariz y le sacó de la liga.

De allí a Zagreb y de vuelta a Japón, donde decidió vivir el fútbol a su manera y sin grandes ambiciones.

Nunca llegó a jugar un Mundial, a pesar de ser la gran estrella de Japón durante los años 90’, cuando su historia de niño prodigio maravillaba a niños de todo el mundo frente a la televisión. Se retiró en el año 2000, con 33 años, pero no abandonó el fútbol. Incluso pasó una temporada en Ferrol porque quería conocer cómo se trabajaba en el fútbol español. En 2005 volvió a la liga japonesa, al Yokohama, de donde ya no se marcharía nunca.

“Quiero jugar hasta que me muera, es el cuerpo el que decidirá”, decía hace unas semanas en el diario L’Equipe. Son 38 años ya viviendo del fútbol. Hablamos de un hombre mayor que juega en la misma Liga que Iniesta, que él levantó, y de un deporte al que pocos personajes han contribuido con tanta eficacia. Millones de niños han soñado con ser él, aunque nunca conocieran su verdadero nombre.

Y Miura sigue disfrutando, como lo hacía en su pequeña ciudad japonesa cuando se enfrentaba a algún Marc Lenders de carne y hueso. A Stanley Mathews alguien le preguntó una día cuál era su secreto para seguir en el fútbol a los 50 años. “El entusiasmo”, dijo, “el mismo que para todo lo demás.”