Disfruten lo que queda de esta pasarela elevada con vocación de puente que nos ha tocado en suerte. De este día que nos mira con el rabillo del flojo y no termina de vernos claro, de este regalo del calendario que acorta la semana y nos deja a las puertas del principio del fin del mes de octubre.
En realidad el puente es una trampa espacio temporal, un agujero negro que nos absorbe y engaña sin que nos demos cuenta.
Me explico. Mucha gente salió el viernes de viaje para poder llegar a su destino el sábado entre pitos y atascos, entre coches y flautas, los mismos que estarán preparando su regreso para esta misma tarde, o quizá ya lo estén haciendo, para no llegar tarde a trabajar el miércoles.
Creen que se han ido de viaje pero no es así, es el viaje el que se ha ido de ustedes
Si lo piensan, y es mejor que no lo hagan, eso reduce estos cuatros días semi festivos a uno, el domingo, que para colmo ya pasó y el que seguramente dedicaron a hacer cola en los restaurantes, en las discotecas y en las rotondas. Creen que se han ido de viaje pero no es así, es el viaje el que se ha ido de ustedes.
Quizá se podría deducir de mis palabras que les digo estas cosas por no haber podido disfrutar de unos días libres y, por tanto, tener que estar trabajando, pero nada más lejos de mi invención, es sencillamente algo que alguien tenía que decir y me ha tocado a mí esa desagradable tarea. Dicho queda.
No obstante piensen que siempre les quedará el puente de Todos los Santos y el de la Constitución.
Y, ahora, disfruten del viaje.