Para conocer más sobre el tema, contamos con la colaboración de Paz Cabello Carro, doctora en Historia del Arte y miembro del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos de España; de Antonio Berenguer, un campanero de Albaida; de Abel Portilla, maestro Campanero fabricante de campanas artesanales y de Xavier Pallás, músico y campanólogo que tiene una escuela.
Berenger recuerda que Albaida (Valencia) es la "única población que ha conservado toque manual durante 8 siglos". Además, explica que han creado una asociación de campaneros, "somos voluntarios por la defensa del patrimonio", dice.
Asimismo, comenta que hay más de 1.300 toques y dependiendo del momento tienen un significado u otro. Diariamente tocan las campanas al Ángelus, por los difuntos, al alba, etc. Sin embargo, también lo hacen cuando hay fiestas o por el Día Internacional contra el Hambre o la Violencia de Género, por lo que sostiene que "las campanas lo cuentan absolutamente todo, son una expresión del momento en el que se viven". Y critica que "el toque eléctrico ha venido a deshumanizar el toque de las campanas" y lo que están intentando es volver a "darle vida".
Además, los expertos sostienen que diferencian cada campana con un nombre propio y Paz Cabello Carro recalca cómo se utilizaban antiguamente para comunicarse entre pueblos.
Por su parte, Portilla sostiene que la más grande que ha fabricado ha sido para Holanda y explica cuáles son los materiales que utilizan y cómo restauran las que están rotas. "Son siempre de bronce", declara y reconoce que tardan aproximadamente un mes en hacerlas.