1.- ¿Es un ejercicio de demagogia decir que el Tribunal Supremo ha sacrificado los clientes a los bancos o es exactamente lo que ha sucedido?
2.- ¿Y no os parece que una decisión tan apretada, 15 a 13, demuestra que han sido incapaces de esforzarse al menos en una posición de consenso, fuera cual fuera? Hubiera sido mejor echarlo a suerte.
3.- Los partidos han reaccionado unánimemente contra la sentencia. ¿Influye en la solidaridad con el ciudadano que estemos en campaña electoral?
4.- No iban a perder la oportunidad los partidos antisistema, aunque antisistema no son, para organizar una mani en nombre de la indignación ciudadana. ¿No os parece que esta expresión de populismo lo que pretende no es cuestionar tanto la sentencia como al Tribunal Supremo mismo?
5.- Ahora bien, ¿qué necesidad tenía el Supremo de desprestigiarse a sí mismo cuando se acerca el juicio de todos los juicios?
6.- Nada tienen que ver las hipotecas con la rebelión y la sedición del 1 de octubre, ¿pero dudabais que los partidos soberanistas, amparados en el vodevil de ayer, iban a denunciar la incapacidad del Supremo para ocuparse del proceso?
7.- Ahora bien, ¿qué credibilidad puede tener el Supremo si ha cambiado tres veces de criterio en menos de dos semanas?
