La Marca España se revaloriza cada finde con tipos como Alonso, Alcaraz o nuestro Clásico futbolero que ayer abrochó el finde con ese nivel de decibelio que tanto nos gusta…
Antes del Camp Nou, España debatía de manera sesuda sobre si el mecánico de Aston Martin rozó con su gato hidráulico el monoplaza del asturiano. Repe por aquí, repe por allá. Sanción de 10 segundos que luego volvieron a rectificar 3 horas después. El VAR de la F1 es también de traca.
A veces los grados de sofisticación de los reglamentos en el deporte rallan la tontuna elevada. La UCI mide con operarios que el calcetín del ciclista esté a mitad del maléolo lateral y la cabeza del peroné. ¡Y si te pasas medio centímetro, te crujen!
En fin. Alonso paladea su podio 100 y con el hambre desbocada, Alcaraz exhibe su título en Indian Wells y ese número uno ATP por las auto-exclusiones de Djokovic, y el lunes arrancando con los rescoldos de anoche en Barcelona.
Empezó la cosa con Laporta repartiendo manos y sonrisas en el palco (con la misma intención que tenía la Pantoja enseñando los dientes con Cachuli del brazo). Florentino en Madrid. Escenificando que la guerra fría es, cuanto menos, templada.Lo que la Superliga ha unido… lo puede separar un hombre: Negreira.
En el verde, el Barça fue mejor, fue más insistente, más ambicioso. Courtois mantuvo las opciones de un Madrid que abandonó su estado de hibernaron en el último tramo. Gol anulado, gol encajado, Liga finiquitada. Ahora a por el Clásico de Semana Santa. Una final copera será la recompensa después de tanta… procesión de pareceres.