El post de radioestadio

Alcaraz saca a la luz aspectos vitales que nos acercarán a él

Edu García hace un repaso por las novedades del mundo del deporte.

Edu García

Madrid |

Se nos escurre una semana intensa donde el balón se ha encargado de poner a cada uno en su sitio. Por encima de resultados, de talentos, de decepciones que pueden llevar a más de uno a la flagelación… El trabajo se ha podido erigir en el gran instrumento para el triunfo.

Al barcelonista no le cabe la camisa con todo lo que tienen y con todo con lo que sueñan. El noi culé ya no “achincheta” posters pero si lo hiciera. Le faltarían unas pocas paredes en la habitación. Jugadores virtuosos, entrenador infalible y un curro colectivo al que no se cansan de reverenciar.

Al madridista le pasa igual… pero al revés. Solo quiere hablar de los jueguecitos de Trump, de la intuición de David Sánchez y hasta del estudiante de Massachusetts que ha puesto patas arriba las leyes de la termodinámica. Cualquier cosa para no abordar lo que les escuece: la nula entrega de los suyos, la temida indolencia, kilos de apatía que les repele.

Pero el caso más latente es el de Carlos Alcaraz cuya docuserie está a punto de estrenarse. El título huye de toda ambigüedad: “A mi manera”. Un estilo, un sello, un objetivo que tampoco esconde el murciano: ser el mejor tenista de la historia.

En el tráiler vemos a Carlos hacer lo que sabe, pero también asoman esos aspectos vitales que tanto se consumen y que nos suelen acercan al ídolo: su familia, su intimidad, sus miserias. A sus 21 años le hemos entronizado, le hemos sumergido y le hemos comparado con Nadal hasta exprimir la morfología, aunque lo que nos llama la atención es el camino que ha elegido: ser el mejor… con su propia forma de vivir.

¿Con menos sacrificio? ¿con menos clausura? ¿con menos obsesión raquetil que los grandes referentes? Pues me gustaría verlo, pero me cuesta.

En esta semana de aniversario Más de Uno, los oyentes han de saber que el éxito reconocido se ancla sobre todo en el trabajo. Lucido, constante, certero, pero trabajo. Y a mi esta táctica sencilla… Me reconforta y me llena.