Como la madre de Marta que, con 79 años, no quiere coger el bastón porque dice que es de gente mayor. O el marido de Aurora que siempre ha sido muy cabezota con el tema de ir al médico. Chelo es tan cabezota que dijo que daría a luz después de ir de rebajas y lo consiguió.
Verónica asegura que ella no es cabezota, “yo soy tremendamente lógica”. Siempre anda con un papel en la mano para apuntar los pros y los contras de las situaciones. Aunque ella cree que cede en muchas cosas. Eso sí, “pero tengo que tener una buena razón”.
Rafa, por ejemplo, identifica dos tipos de cabezonería, la externa y la interna. Además, cree que ser cabezón es consustancial a ser español. Asegura que “somos para bien o para mal cabezones”.
En la casa de Beatriz se hace siempre lo que ella dice. Y el marido siempre le dice “claro porque tú tienes siempre la razón”. Pero ella le contesta “yo no tengo la razón, yo soy la razón”.