Vuelven los rateros del Presupuesto. Un tipo llamado Koldo de Baracaldo, escolta y guardia jurado, exconcejal y “aizkolari” que así se llaman a los que cortan troncos de árboles con hacha está acusado de forrarse con las de mascarillas cuando la gente más se moría de Covid.
Trincaron casi 13 millones de euros en mordidas con gasto del del diez por ciento y se forraron. Daban el matarile y descabello a los viejos y las máscaras se pudrían en las islas Baleares. Koldo ha sido detenido junto a su esposa, militante del PSOE, por la Guardia Civil con 19 personas más por pertenecer a una organización criminal en la operación Delorme que así se llamaba el inventor de las mascarillas.
El protagonista de la estafa en su juventud detenido por pegar a un chiquillo y romper las costillas a un hombre. Aznar lo indultó de una pena de dos años por dar una paliza. Con las comisiones compró pisos en Benidorm.
Lo admiraba Pedro Sánchez que le encargó que vigilara los avales de las primarias. Fue el hombre de confianza de Ábalos, pasó de portero de puticlub a consejero de Renfe.
Ábalos es un español por los cuatro costados: nieto de un Guardia Civil e hijo de un toreo. Llegó a ser ministro de Obras Públicas y Secretario de Organización del Partido hasta que cayó en desgracia.
Koldo se ha negado a declarar en la Audiencia Nacional y lo han puesto en libertad. El presidente ha negado que supiera algo de la estafa. El del hacha puede pringar a Santos Cerdán que lo trajo a Madrid.
Así que echa vino montañés que lo paga el partido que a los pobres socorre y a los ricos avasalla. ¡Viva el vino!
