Rafa Latorre reflexiona en Más de uno sobre el mercado de fichajes políticos que está aconteciendo en los últimos días. Explica que, mientras que antes se hablaba de fútbol y de la política de fichajes de un club, ahora se habla de "los fichajes de la política". Considera que "que haya un mercado de fichajes entre partidos resulta embarazoso estéticamente" y que esto siempre es una transacción, ya sea moral, económica o de cualquier tipo. "¿Ahora la discrepancia de un partido solo se puede canalizar mediante la mudanza?", cuestiona, y añade que el político que se va, aunque no se lleve el escaño, "se lleva siempre algo valioso obtenido por la confianza".
Apunta a que estos fichajes tienen siempre algo de humillante, pues "no consiste tanto en disponer de alguien valioso en tus listas, sino en que no lo tenga el rival". Explica que el fichaje en política suele ser una actividad eminentemente destructiva, pero también tiene algo de arrogancia, por el providencialismo. "Nadie es imprescindible en política", asegura.
Recuerda, además, que Irene Lozano o Toni Cantó provienen de partidos que vinieron a "combatir la esclerosis del bipartidismo". "¿La regeneración para quién era? Porque da la sensación de que quien ha salido regenerado son ellos", afirma. Concluye diciendo que el fichaje es una canalización y que sobre lo que deberían competir los partidos es sobre programas y no por "robarle Figo al Barça antes de las elecciones, sobre todo porque aquí no hay ningún Figo".
