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Fernando Ónega: "Entre Sánchez e Iglesias por un lado y Abascal por el otro, no hay nadie más centrado que Pablo Casado"

Fernando Ónega reflexiona en Más de uno sobre la posición de centro del PP y señala que la gente no ve al partido de Pablo Casado como un partido moderado.

ondacero.es

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Le pidieron a un paisano mío que fuese más modesto y se defendió: "Soy más modesto que Dios". Creo que con Casado ocurre algo parecido: se mira a sí mismo, se compara con Vox, todavía no con Dios, y se ve la reencarnación del centro. Y efectivamente, entre Sánchez e Iglesias por un lado y Abascal por el otro, no hay nadie más centrado que él. Lo que ocurre es que luego llegan los hooligans y con un solo discurso desmontan toda su teoría.

Mirando a la historia y a la implantación geográfica del PP, siempre han convivido las dos alas: la dura y la centrada, como corresponde a un partido que acogió en su seno a la extrema derecha y al conservadurismo moderno y europeo. Fue duro cuando Fraga era Fraga Iribarne y fue suave cuando Fraga empezó a ser Don Manuel. Fue dialogante cuando Aznar necesitó pactar con Pujol, fue radical cuando tuvo la mayoría absoluta. Fue drástico cuando Rajoy usó el rodillo para hacer los ajustes, fue dúctil cuando hizo más acuerdos sociales que nadie. Lo que sucede con la moderación es que esa vitola la pone el público. En Cataluña y el País Vasco, por ejemplo, el público lo sitúa en la extrema derecha. En Galicia, ya lo veis: es el sancta sanctórum de la beatífica tolerancia. O sea, que hay argumentos para todo y, al decir del torero, en el PP hay gente pa tó. Como norma de medida, una cosa es sentirse moderado y otra que la gente te vea así. Y lo que le ocurre al PP es que la gente todavía no le ha dado esa credencial.