Madrid | 20.03.2020 07:27
Trabaja silenciosamente, sin armar otro barullo que el de suscribir el "Corona ciao". Es el garante modoso de la ortodoxia y la conciencia social de la izquierda, no sea que los socialdemócratas esos de Sánchez, Calvo y Calviño vayan a caer en los pecados capitalistas de Rajoy.
Dicen que montó algún follón el otro sábado, porque quería estar en el gabinete de crisis, y lo que hizo ayer fue demostrar que lo había conseguido, punto. Eso es servicio a la Patria. Su única aspiración es mostrarse como lo que es y le encomendaron: ser, insisto, el gobernante social.
Si un día rompió la cuarentena, lo explicó: se lo había pedido el presidente, pura disciplina. Si ayer la volvió a romper, he ahí al servidor público que arriesga su salud –y quizá la del ministro de Sanidad--, pero no es por protagonismo. Es necesidad de predicar que aquí se acabó el austericidio y suya es la paternidad. El señor Iglesias tiene tan poco afán de protagonismo, que podría poner un pin en la solapa que pusiese: "soy más modesto que Dios".