El discurso autonomista de Feijóo no tiene por qué tener confundido al Partido Popular ni a nadie. El pasado día 6 habló en Barcelona y utilizó la expresión “nacionalidad catalana”.
Para quienes se escandalizaron con esa referencia está escrito el artículo 2 de la Constitución. Textual: “La Constitución reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones y la solidaridad entre todas ellas”.
Feijóo no se ha salido un milímetro del texto constitucional y hay que recordar que Fraga fue uno de los redactores de la Carta Magna. Y, aunque no lo hubiera sido, ese es el texto que a todos obliga.
Quien confundió al PP y al resto del país ha sido Elías Bendodo, coordinador general, que vio una puerta abierta y se lanzó al vacío con su plurinacionalidad o Estado plurinacional, que no está en la Constitución ni en la terminología del PP.
Tuvo que rectificar, obligado por Feijóo, pero cometió un gravísimo error que no se entiende ni se justifica como calentón porque no hay lugar a ello, ni como imprudencia por su elevado cargo, sino como irresponsabilidad o como frivolidad que supone el primer tropiezo importante para Feijóo.
Y creo que no basta con la rectificación de Bendodo. Lo ocurrido obliga a que el presidente nacional del PP, con su reconocida autoridad, restablezca sus principios. De lo contrario, no solo se confundirá. Es que se habrá empezado a regalar discurso y votos al adversario, empezando por Vox.