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Rubén Amón indulta a Viktor Orban: "Revienta Europa desde el nacionalismo, xenofobia y cesarismo"

Rubén Amón indulta en Más de uno al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, tras amenazar con malograr el plan de rescate económico europeo.

Rubén Amón

Madrid | 23.11.2020 09:59

Ya sabéis que Viktor Orban ha inoculado en Europa el veneno del nacionalismo. No es un problema específicamente suyo, tenemos aquí toda clase de modalidades, pero digamos que el condotiero magiar ejerce más poder que ningún otro colega supremacista. Hacia dentro, abatiendo la justicia, la prensa, el Parlamento.

Y hacia afuera, amenazando con malograr el plan de rescate económico europeo si es que Bruselas le obliga a comportarse como un presidente democrático. ¿Puede Orban bloquear la manguera de dinero? Puede. El plan requiere unanimidad. Y Orban es siempre la anomalía, el saboteador.

Ya sabéis que Orban se ha declarado antisemita. Que ha purgado a los gitanos. Que ha elaborado un lema electoral, lepenista, incompatible con la menoscabada identidad comunitaria: Hungría para los húngaros.

También pretendió restaurar la pena de muerte, como está pretendiendo y hasta consiguiendo la afinidad del bloque del Este. Un nuevo telón de acero contra la inmigración, la separación de poderes y la pedagogía de la Europa solidaria y son fronteras.

Entiendo que no es sencillo sobreponerse a una gigantesca crisis sanitaria, pero la mera posibilidad de renunciar a Europa y a sus valores fundacionales para resolverla, retrata el proyecto comunintario en una insoportable contradicción en la que Orban hace palanca.

Desaparecido Trump y vigente Putin, Orban es la franquicia magiar del modelo autoritario, carismático, moral, religioso, visionario, providencial, paternalista, con que el presidente ruso ha secuestrado a su propio país, identificando el destino de la patria con el suyo propio.

Es lo que hace Orban en Hungría. Reventar Europa desde el nacionalismo, desde la xenofobia y desde el cesarismo, así es que no debía hablar Juncker en broma cuando lo recibió por su nombre en aquella premonitoria cumbre de Letonia de 2018. "El dictador está llegando. Dictador".