RUBÉN AMÓN

Rubén Amón indulta a Felipe González por su prestigio e influencia

Voy a indultar a Felipe González Márquez. Y voy a hacerlo con la impresión de que ya lo ha absuelto la historia, tanto por el predominio de los aciertos sobre los errores como porque le ha beneficiado la prueba de contraste con los sucesores en la Moncloa.

Madrid | 21.10.2016 10:15

De Felipe pasamos a Aznar. Y de Zapatero pasamos a Rajoy.

El proceso degenerativo, en efecto, convierte a González en una figura patriarcal y hasta en un abuelo entrañable. Fijaos que se parece bastante a Miliki, pero no descuidéis ni su prestigio ni su influencia, menos aún cuando fue quien inclinó el pulgar hacia abajo para sentenciar a Pedro Sánchez.

Era la prueba de la decepción que le supuso Sánchez y la razón de intervenir en un partido, el socialista, amenazado en su propia supervivencia. Y no es que González ni Isidoro fundaran el SOE, pero desde luego el uno y el otro lo revitalizaron en los raíles de la democracia y lo condujeron a la máxima dimensión del poder.

Que fue una manera de transformar España -ya dijo Guerra que no iba a conocerla ni la madre que la parió- y también un modo de pervertirla, con la corrupción, la opulencia, el amiguismo, los Gal.

El balance le sale positivo a Felipe González. Y me temo que los hooligans que fueron a zarandearlo e intimidarlo se arrepentirían del escrache si supieran lo que le deben al señor del pelo blanco en el nombre de la rosa.