EL INDULTADO DE RUBÉN AMÓN

Rubén Amón indulta a Diego Urdiales: "Se ha despechado con una tauromaquia de pureza y excelencia"

Me siento orgulloso de indultar al torero de la tierra, Diego Urdiales. Y no porque haya nacido en Arnedo, sino porque ha logrado convertirse en torero de culto pese a haber nacido en Arnedo.

Rubén Amón | @Ruben_Amon

Madrid | 21.12.2018 09:59 (Publicado 21.12.2018 09:50)

Calma, ciudadanos. Que no se me malinterprete. La culpa no es de los vecinos aquí reunidos, sino de los prejuicios del taurinismo hacia los maestros que no han nacido en Triana, en Ronda, en Salamanca o en los Madriles.

Si Urdiales hubiera nacido en Ronda no habría necesitado tantos años para convertirse en torero de toreros, pero es cierto que todas las dificultades le han permitido consolidar su integridad, su ética, su combate al sistema, su resistencia y hasta su resilencia.

Ha sido complicado aguantar. Ganarse la vida como pintor de brocha gorda. Esperar las oportunidades, pero Urdiales se ha despechado con una tauromaquia de pureza y excelencia. No es un fenómeno de masas, pero su público lo conforman los aficionados cabales y los toreros de época: Romero, El Viti, Curro Vázquez, Camino peregrinan en sus actuaciones como si Urdiales fuera el depositario del misterio.

Que si en el norte se trabaja. Que si en el sur se torea. Prejuicios de inercia tan arraigados como los clichés, las frases hechas, los tópicos. Incluido entre ellos -o por encima de ellos- el embuste según el cual "el toro pone a cada uno en su sitio".

Urdiales no le ha dado la vuelta a los prejuicios, pero se los ha dado al aforismo. Es él quien pone en su sitio al toro. Con la técnica. Con la cabeza. Con el valor. Y con la expresión esencial de una estética pura, sobria y contenida: la verónica y el natural. El principio y el final.

Que viva Diego. Que viva Arnedo.