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Rubén Amón indulta al doctor Antonio Sitges Serra: "Desde la experiencia delata una sociedad atiborrada de medicamentos y de sugestiones"

No sé si indultar o anestesiar al doctor Antonio Sitges Serra, artífice y autor de un libro cuyo título es el resumen de una filosofía adquirida en 40 años de experiencia hospitalaria: No vaya al médico... si puede evitarlo.

ondacero.es

Madrid |

La provocación alude en realidad a la patología de una sociedad enferma de hipocondría. Sostiene Sitges-Serra que estamos hipermedicalizados. Y que no convalecemos de las enfermedades, sino de los diagnósticos. Porque muchas veces exageran la dolencia. Y porque someten al paciente a una tensión sobrevenida de estrés, miedo y ansiedad. No digamos cuando se nos diagnostica un cáncer de dos milímetros.

Utiliza el ejemplo el controvertido médico para insistir en que muchos tumores nunca dan la cara. Y llega a afirmar que el 80% de los varones tiene cáncer de próstata al morir. Lo cual en absoluto significa que hayan muerto de cáncer. No es un charlatán el doctor. Trabaja a pie de obra en hospitales y espacios científicos. Es la experiencia desde la que delata una sociedad atiborrada de medicamentos y de sugestiones.

Defiende las vacunas. Pero no la sobrevacunación. Y recela de las máquinas y de los robots, porque la precisión de las unas y de los otros ha extremado las diagnosis hasta declarar enfermedades donde todavía no pueden considerarse tales.

Dicho de otra manera, estamos en los tiempos del tecnoutopismo. La utopía de la tecnología como remedio a la muerte. Y más nos valdría familiarizarnos con ella, reconocerla, que desafiarla desde aspiraciones prometéicas. Fijaos, Antonio Sitges-Serra sostiene que no faltan médicos, sobran. Porque hay pacientes que no deberían considerarse tales. Y porque Aldous Huxley ya definió la utopía de la ciencia como religión: la medicina avanza tanto que pronto todos estaremos enfermos.