LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "A ver si con esto de los globos nos va a pasar como en Pedro y el lobo"

Marta García Aller reflexiona sobre las consecuencias de sobrerreaccionar ante las amenazas militares o, por el contrario, los riesgos de infravalorar esas amenazas, como ocurrió con la invasión rusa de Ucrania hace casi ya un año.

Marta García Aller

Madrid | 15.02.2023 07:33

Es solo una posibilidad. Así que modera esa media sonrisa. Es solo una posibilidad, al parecer cada vez más probable, más probable desde luego que la hipótesis extraterrestre, pero de momento solo una posibilidad. Podría ser que esos últimos tres objetos derribados el pasado fin de semana en Alaska, Canadá y Michigan, fueran inofensivos y de uso civil. No sonrías triunfalmente, Carlos, que es solo una posibilidad. Una presunta falsa alarma.

Dice ahora la Casa Blanca que no hay ningún indicio de que esos últimos tres objetos derribados tengan que ver con el programa de espionaje chino al que sí pertenecería el primero de los globos derribados. Así que es una posibilidad que EEUU haya sobrerreaccionado lanzando misiles a objetos voladores que si eran no identificados era porque disparó antes de molestarse en identificarlos.

Sobrerreaccionar es uno de los riesgos en la gestión política de una posible amenaza. Pero quedarse corto es otro. Y en tiempos tan inciertos como los que vivimos es muy fácil pasar de uno a otro extremo rápidamente.

Por ejemplo, qué hacemos con la amenaza potencial que supone que Rusia esté desplegando barcos con armas nucleares en el mar Báltico, según Noruega. Lo interpretan como una amenaza particularmente grave para la OTAN y no se puede descartar, según los últimos informes de la inteligencia noruega, una escalada de la guerra que involucre además de al país nórdico a Estados Unidos y a la OTAN.

Afortunadamente, nadie está sobrerreaccionando todavía. Tampoco ha habido sobrerreacción a los tres aviones rusos cerca del espacio aéreo polaco. Dos cazas F-35 holandeses los escoltaron fuera. Estados Unidos también acaba de interceptar cuatro aviones rusoscerca de Alaska en el espacio aéreo internacional. Nada que ver con los globitos, estos eran aviones militares rusos. Y ya lo contamos como si nada.

Sobrerreaccionar ante una amenaza difusa, sobe todo en lo militar, puede suponer mayor riesgo que la amenaza misma. Pero también infravalorar las amenazas es arriesgado. Estamos a punto de que se cumpla un año de la invasión de Ucrania. Esa invasión que muchos servicios de inteligencia dijeron una y otra vez que no se iba a producir. El mejor recordatorio de lo difícil que es calibrar una amenaza en tiempos tan inciertos.

¿Moraleja?

A ver si con esto de los globos nos va a pasar como en Pedro y el lobo.