CON MARINA HERVÁS

La 'Ona laietana': un movimiento catalán fruto de muchas músicas

Marina Hervás hace un homenaje a la 'Ona laietana', un movimiento musical resultado de la influencia de diferentes corrientes: la Nova Cançó, folk, rock progresivo...

ondacero.es

Madrid | 27.02.2023 13:56

La 'Ona laietana' es un movimiento que surgió en Barcelona hace algo más de medio siglo gracias a todas las corrientes musicales que convergieron en esta ciudad.

Fue en Barcelona donde primero se recibieron en España las influencias del rock. Es verdad que en los años cincuenta era más ye-yé y twist que otra cosa: el Dúo Dinámico, los Mustangs, Los Salvajes, Los Sírex… todos catalanes. Ya sabemos: en ese momento lo importante era sonar “moderno” y, ya a finales de los 60, sonar a lo Beatle. Pero antes de eso, desde la década de 1920, Barcelona venía nutriéndose musicalmente del jazz, y ahí destaca, entre todos, Tete Montoliu. Todo ese cóctel es el que dará lugar a la ona laietana.

La Nova Cançó y su evidente carga política

La 'Nova Cançó' es el movimiento inmediatamente precedente a la ona laietana. La 'Nova cançó' surge con el objetivo de demandar mejoras sociopolíticas y reivindicar la música en catalán. Su origen está en 1959, cuando el escritor Lluís Serahima publicó en la revista Germinàbit lo que se considera el texto fundacional, el “ideario” de la nova cançó. Es un artículo titulado “Ens calen cançons d’ara”, en el que defendía la creación canciones sobre las preocupaciones de ese momento, sobre “lo nuestro”, frente a lo que consideraba una cierta invasión de lo extranjero (según sus términos).

La nova cançó tiene como representante al colectivo Els Setze Jutges, que emerge en 1961. El nombre parece que viene del trabalenguas… "Setze jutges d'un jutjat mengen fetge d'un penjat; si el penjat es despengés els setze jutges menjarien fetge d'un despenjat".

En este colectivo empezó a cantar, aunque luego lo dejó, Lluís Serahima, y otros como Miquel Porter, Remei Margarit y Josep María Espinàs. De hecho, Espinàs es uno de los primeros en sentar las bases de la nova cançó bebiendo de la música francesa, por ejemplo de Brassens, que hacía una música de una evidente carga política.

Otras influencias de la 'Ona laietana'

Además de la influencia de este colectivo, Els Setze Jutges, que deja de funcionar en 1968, la ona bebe de otros dos afluentes: uno es el Grup de folk, un grupo de artistas bastante efímero (duró dos años, entre el 67 y 68), que se inspiran en artistas como Dylan o Joan Baez y que empiezan a hibridar géneros y estilos Y eso, justamente, es lo que va a caracterizar a la ona laietana: su mestizaje.

La otra influencia, muy distinta, es la del rock progresivo, que ponía en un segundo plano lo de la reivindicación de la lengua en favor de igualarse con otros grupos internacionales. Como por ejemplo, la banda Màquina!

¿Cuál es el origen de su nombre?

En el año 73 pasa algo clave: Victor Jou abre la sala Zeleste (con Z), en la que era la calle Platería (que hoy se llama Argenteria). Esta calle desemboca en la Via Laietana, así que el nombre de esta corriente, “Ona Laietana” vino por la geografía de su epicentro.

El nombre se le ocurrió al argentino Gato Pérez, que desde unos pocos años antes venía dándole un nuevo empujón a la rumba, acelerándola un poco y mezclándola con cosas de aquí y de allá, mucho de Latinoamérica. Y con letras de vida de barrio. Ya lo dice que la rumba "nace en la calle y su hermana es la habanera".

La reutilización de elementos de la cultura catalana en la música

A partir de esas influencias, la 'Ona laietana' tiene varias líneas. Una es la continuidad con la reutilización de elementos de la cultura catalana, como hizo (y hace, porque sigue en activo) la Compañía Eléctrica Dharma. Por ejemplo, dos de sus primeros discos, de los años setenta, reconstruyen, a modo de rock fusión, las tradiciones populares. ¿Qué tradiciones? Pues por ejemplo la de bailar el huevo.

Se trata de una tradición que tiene al menos cuatro siglos y por la que en Barcelona y en algunos pueblos de Cataluña, el día del Corpus se coloca un huevo en una fuente de agua para que el chorro lo levante y le haga bailar. Pues la Compañía Eléctrica Dharma publicó en 1976 L’oucomballa en donde podemos escuchar, fijaos, cómo imita la percusión a ese huevo danzante:

Esto es de 1976. Un año después, en el 77, publicaban un disco que es toda una fiesta: Tramuntana. Empieza con “Tiru tiru rtu”, una marcha popular que nos recuerda a una plaza de un pueblo que arranca su fiesta mayor. Cada canción viene acompañada de un texto de Joan Fortuny que mezclan las creencias tradicionales con temas existenciales.

Otra cosa interesante es que las fusiones y revisiones no solo se daban con respecto a la propia cultura catalana, sino en general mirando al imaginario mediterráneo, más como una idea que desde una perspectiva estrictamente etnomusicológica. Lo vamos a entender rápidamente con “L’autobús Fa L’Amor Amb Les Torres de Quart”, tema emblemático de Record de Valencia, el disco debut de “La Rondalla de la Costa” de 1976.

Mezcla de flamenco y jazz

Y hay más fusiones en otras corrientes de la ona laietana. Por ejemplo la que mezcla el flamenco y el jazz, sobre todo el jazz de Miles Davis. Por ejemplo: la música de Toti Soler, la canción “D’una manera silenciosa”, de 1973. Es el comienzo de la versión de In a silent way compuesta por Joe Zawinul, teclista de Miles Davis en el disco homónimo de 1969:

Hay otro grupo fundamental en la unión del jazz con, en este caso, el rock progresivo. Es La Orquesta Mirasol, que debe su nombre a la urbanización donde alquilaron un chalet sus dos miembros fundadores, Xavier Batllés y Víctor Ammán, para poder tocar sin parar. Con el propio sello que había creado la sala Zeleste en 1974, la Orquesta Mirasol lanza en ese año el disco Salsa Catalana, que se abría con To de “Re” Per a Mandolina i Clarinet, que arranca así.

¿Cuándo empezó a decaer como movimiento musical?

El sueño de la ona laietana llegó hasta 1978, ahí comenzó el declive del movimiento, entre críticas además bastante fuertes. Por ejemplo en 1974 empezó a circular por Barcelona un panfleto titulado "Zeleste gangrena palpable" (por la sala Zeleste, que antes hemos mencionado como lugar fundacional del movimiento), y era una salvaje entrega de premios a los miembros de la ona: por ejemplo, la medalla a la impopularidad, o la medalla a lo chabacano, otra a lo sofocante, a lo aplastante…

La sala Zeleste cerró en el año 80. Que es un momento en el que comienza ya a disiparse el gusto por las canciones largas y complejas: nacía el punk y también las distintas "movidas".