OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Ahora se prepara Sánchez para obsequiarnos con su enésimo cambio de personalidad: abrir sus brazos al vicepresidente Iglesias"

Con Iglesias, sí, con Iglesias, sí, gritaban los militantes concentrados anoche en Ferraz para celebrar que el PSOE ha ganado las eleccionesperdiendo tres diputados, perdiendo 760.000 votos y perdiendo el pulso que le echó Sánchez a los demás partidos por no haberle investido por amor al arte.

Carlos Alsina

Madrid | 11.11.2019 08:17

Con Iglesias, sí.

Un PSOE con 120 escaños donde antes tenía 123 (no se apuntó ni uno solo de los 47 escaños que ha perdido Ciudadanos). Un Podemos con 35 escaños donde antes tenía 42. Por paradójico que resulte, hoy es más probable el matrimonio de Sánchez con Iglesias (y con Esquerra Republicana, y con el PNV) de lo que llegó a serlo en julio.

Sólo hay dos opciones de investidura posibles:

· Primera, un acuerdo entre el PSOE y el PP para votar sí a un candidato pactado por ambos.

· Segunda, el frankenstein.

¿Cuál de las dos es más probable? Escuchando anoche a Sánchez en su aparición sobreactuada ante la militancia socialista, la segunda.

‘Un gobierno progresista liderado por el PSOE’, dijo, que es tanto como decir un gobierno de coalición que lleve dentro a Podemos para que Podemos se encargue de amarrar el voto de Rufián-Junqueras mientras yo amarro el del PNV.

A Sánchez se le curó el insomnio en una sola noche. El sofoco que debió causarle ver menguada su cosecha electoral (qué amargos son 120 escaños cuando te habías convencido a ti mismo, y te habían convencido tus gurúes de que podías superar fácilmente los 140), el sofoco le ha curado del desvelo y ahora se prepara para obsequiarnos con su enésimo cambio de personalidad: el mismo Sánchez que se ha pasado tres meses elogiándose a sí mismo por mantener a raya a Podemos y por no dejar el gobierno de España en manos de los independentistas será capaz de abrir sus brazos al vicepresidente Pablo Iglesias, la vicepresidenta Irene, el ministro Echenique y el asesor externo Rufián.

Las claves de esta jornada electoral, más allá del gatillazo de Sánchez, son:

· 1º/El triunfo de Vox. Su auge.

Abascal ha rentabilizado como nadie el descrédito hacia la clase política (siendo él tan clase política como todos los demás, y desde hace más años), ha conectado con una parte del país que abraza el efecto novedad, que no hace ascos ni a la xenofobia ni al discurso nacionalista de exaltación patriótica por exclusión (esto de patriotismo es pensar como yo y traición es pensar otra cosa) y que aplaude los de los españoles primero. Sostiene Abascal, en un exceso de amor por sí mismo, que este nuevo Parlamento se parece más a la España real que el de antes,sólo porque él tiene más sillones ahora que antes.

Así como a Rajoy le reprochó siempre la izquierda que bajo su mandato se multiplicaran en Cataluña los independentistas, habrá que reprocharle a Sánchez que bajo el suyo se hayan multiplicado los extremistas.

· 2º/ El hundimiento de Ciudadanos. Y la reticencia de Rivera a irse del todo.

Todo lo que anunció anoche Rivera es que hoy reúne a la Ejecutiva de su partido, como cada lunes después de las elecciones. Se han quedado sin escaño Villegas, Girauta, Prendes y Edmundo Bal, entre otros. Naturalmente que habrá de convocar Ciudadanos un congreso extraordinario, pero antes habrá de mirarse al espejo y preguntarse cómo es posible defraudar, en seis meses, a dos de cada tres votantes. De los cuatro millones cien mil de abril al millón seiscientos de noviembre. Qué tiene que pasar en un partido político para espantar de esa manera a quienes confiaron en él. Si fueron los vaivenes, fue el cordón sanitario, fue la derechización, fue el maltrato a los discrepantes.

· 3º/ El ascenso del PP. Lejos aún de las marcas históricas que llegó a alcanzar cuando no tenía la competencia ni de C’s ni de Vox pero permitiendo a Casado conservar el cetro, modesto, de líder del segundo grupo parlamentario.

· 4º/ El bluff de Errejón.

· 5º/ El blues de Iglesias. La canción triste de un estratega que ha fallado en todas sus grandes decisiones y cuya única salvación ahora es meterse en el gobierno de cabeza. Siempre encuentra la manera Iglesias de que parezca que le ha ido bien.

En tres años ha pasado de 71 diputados a 35. Iba a superar al PSOE hace tres años y está a 85 diputados de distancia. Pero hoy se siente seguro de poder ponerle precio a su apoyo y puede disfrutar de haber humillado electoralmente a Íñigo Errejón.

El independentismo gana posiciones en el Congreso pero no consiguió sumar más escaños que los demás partidos en Cataluña. Al constitucionalismo le salva la cara el PSC. El primer partido es Esquerra Republicana y entre los últimos está Ciudadanos.

Y debuta en el Congreso Teruel Existe. Gana las elecciones en la provincia por delante del PSOE y del PP. En Teruel capital arrasa.

Aquí puedes VER el vídeo completo del monólogo:

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