opinión

Monólogo de Alsina: "Sánchez y Ayuso: lo que alarma es la tardanza"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo de Más de uno sobre la situación de emergencia que está viviendo Madrid con la crisis del coronavirus y el rescate al que ha acudido el presidente Pedro Sánchez.

- Coronavirus España: Confinamiento de Madrid, nuevos casos, muertes y última hora de la Covid-19

Carlos Alsina

| 18.09.2020 08:29

No ha habido que esperar a que terminara el verano para que haya prendido de nuevo la alarma. Aún no estamos en otoño, aún no ha empezado la gripe, aún no ha venido el frío con sus virus y sus infecciones infantiles, y ya vuelven a sonar en los medios las palabras malditas: la curva, la transmisión comunitaria, la ocupación de camas, la saturación de hospitales.

Dependiendo de cuál sea la provincia desde la que usted me escucha la situación, a su alrededor, será más o menos apurada. No toda España es Madrid. No en toda España una de cada cinco camas de hospital está ocupada por un enfermo de coronavirus lo bastante fastidiado como para requerir estar ingresado. En Asturias el porcentaje de camas ocupadas es del 2 %. En Galicia, del 3 %. Extremadura, un 4 %. Pero en Castilla La Mancha está en el 13%. En Aragón, en el 12 %. Baleares, 11 %.

Con todas las diferencias regionales, la evolución del país no es nada alentadora. Otra vez por encima de once mil contagios nuevos, 162 vidas perdidas, diez mil pacientes hospitalizados, mil trescientos de ellos en la UCI.

Y sí, es Madrid la región donde más rápido se está extendiendo el contagio y donde más presión empiezan a sentir los hospitales. Todos los gobernantes han asumido (también los de Madrid) que la vía para frenar la curva es limitar los movimientos de la gente. Se hizo en comarcas de Huesca, allá por el mes de julio, se hizo en Lleida, se hizo en Euskadi, se está haciendo en Palma y desde hoy se va a hacer en Madrid. Después del spoiler que hizo anteayer el viceconsejero de Sanidad, Zapatero, hoy aclarará el paisaje la señora Díaz Ayuso explicando lo de los confinamientos selectivos: qué vecinos van a ver limitados, y cómo, sus movimientos.

El gobierno madrileño cambia el paso, asume que no tiene controlada la epidemia, aparca el discurso victimista y llama a la puerta de la Moncloa. Llama el señor Aguado, que es naranja, sabiendo que Sánchez estará encantado de permitirle a él apuntarse un tanto.

El de Ciudadanos queda como el pacificador que persuade a Sánchez para que eche una mano y Sánchez, que es más hábil que Aguado y Ayuso juntos (y multiplicados por dos) no sólo acepta la petición de ayuda sino que hace el gesto de ser él quien se desplace a la Puerta del Sol a ver qué puede hacer por la Comunidad de Madrid. No cita a Ayuso en la Moncloa para que se retrate, mansa, ante el líder supremo. Al revés, acude él, con su mejor disposición, al rescate. Ésta es la imagen que alimenta ya el departamento escénico de la Moncloa: Sánchez, al rescate. El presidente salva Madrid de las garras de la inepta Ayuso.

Bueno, más allá de quién gane y quien pierda en el agotador tanteo que se traen el gobierno central y gobierno autonómico, lo interesante es preguntarse dos cosas.

· Una: si la situación es tan urgente y lo principal es adelantarse, ¿no podrían reunirse hoy mismo? En lugar de encargar a sus equipos que busquen una fecha (y bla bla bla), ¿no puede hacerse ya, para que esas medidas que habrán de salir de la conversación empiecen a dar fruto cuanto antes? Aparquen por una vez la dramaturgia y vayan al grano.

· Y dos: ¿qué es eso que el gobierno central tiene en su mano hacer y que los gobiernos regionales no pueden? Piense que gracias a esta reunión por fin vamos a tener respuesta a esta intrigante cuestión. A qué se refiere el gobierno madrileño cuando dice que es imprescindible que el gobierno se implique. ¿Que tiene Sánchez que no tenga en su mano Ayuso?

En la carta que ella le ha enviado a él respondiendo a su ofrecimiento para visitarla dice la presidenta: 'se hacen necesarias estrategias nacionales, se requiere de estrategias conjuntas entre administraciones, necesitamos seguridad jurídica y respaldo en materia legislativa para que todas las demás medidas sean efectivas'. Hoy seguro que traduce la presidenta este párrafo explicando una por una qué son las cosas que Sánchez puede hacer y aún no hace. Y que no sea, claro, la declaración del estado de alarma en Madrid, que a eso ya se ofreció el presidente si se lo piden pero no se lo van a pedir. Concreten, por favor, qué hace falta para darle la vuelta a la epidemia y quién tiene que apretar el botón para que eso pase.

Y luego ya se cuelgan las medallas que quieran y se vuelven a su cálculo, su retórica y su propaganda. Ahora se trata de ser útiles y de ser rápidos.

Tampoco espera nadie que Díaz Ayuso salga de la reunión rendida de amor a Pedro. Eso sólo se espera de una presidenta socialista, como la de La Rioja, Concha Andreu, ayer en este programa.

No, de Ayuso nadie espera que diga estas cosas de Sánchez. Ni él las dirá nunca de ella. Si acaso las dirá de Ignacio Aguado. En la ducha escocesa que practica el presidente con los naranjas, ahora mimo, ahora desdén, ahora cariño, ahora palo. Hoy eres de la foto de Colón, mañana eres el antídoto contra los bloqueos y los bloques. Calvo invitando a café a Edmundo Bal mientras Iglesias le teje un cordón sanitario.

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