OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El PSOE piensa que o cierra la investidura antes del 6 de enero o la coronación de Sánchez descarrila"

Empieza la inmersión navideñística. Dos semanas de colgar nuestros hábitos diarios en el perchero y entregarnos al trasiego, a las comidas, las cenas, las compras, otra vez las comidas, otra vez las cenas, los desplazamientos a las casas de otros, o a la casa de la familia que también son los otros, y más compras, y más niños, y más fiestas. Y más cenas.

Carlos Alsina

Madrid | 24.12.2019 08:14

Ponte tú a perder el sueño estos días por saber si entonces Sánchez consiguió, o no, ser investido. En Navidades desciende el consumo de información.

Estamos menos atentos a lo que andan haciendo nuestros gobernantes. Las controversias políticas tienen menos recorrido y los escándalos, por gordos que sean, no pasan de merecer medio comentario entre el cóctel de gambas y el cochinillo. Un minuto apenas antes de que alguien diga: dejad la política esta noche, por dios, no vayamos a acabar discutiendo.

Es verdad que, según la estadística, juntarse la familia al completo dispara la probabilidad de que la cosa acabe como el rosario de la aurora, pero también dice la estadística que si quieres hacer un pastaleo político del que no te sientas muy orgulloso porque la cosa huele no hay mejores fechas que éstas. La opinión pública está a otra cosa. La opinión pública ahora ya está a la cosa navideña.

Si es usted presidente del gobierno en funciones, lleva así desde el mes de abril, le salió rana la repetición de las elecciones, ha tenido que comerse con patatas todo lo que dijo durante la campaña electoral sobre Podemos y los independentistas, ha puesto en manos de Podemos y de los independentistas su continuidad como presidente, ha metido en la negociación una mesa de partidos que nadie sabe lo que es, una reforma del marco jurídico que nadie sabe en qué consistiría, ha dado a entender a sus socios potenciales que está por la labor de aliviar la situación de condenados por sedición y ha permitido que la Abogacía del Estado forme parte del cambalache de ofertas y contraofertas, pues sí, claro, no hay mejor etapa para consumar el casamiento y camuflar la casa de empeños que las fiestas navideñas. Con villancicos, cava y turrión todo se hace menos indigesto.

En la cabecita de los negociadores se ha instalado la idea de que o se cierra esto antes del seis de enero, o la coronación de Sánchez descarrila.

¿Por qué? Porque a la vuelta de las fiestas, el Tribunal Supremo tendrá que resolver qué hace con la sentencia del Tribunal Europeo la semana pasada. Y ya de entrada cabe decirle a la portavoz del gobierno catalán, señora Budó, que esto que ella ha leido en la sentencia en realidad no lo pone.

Ni la sentencia de Luxemburgo dice que haya que excarcelar a Junqueras (lo que dice es que habría habido que excarcelarle temoralmente en junio, cuando aún no estaba condenado) ni hay instancia europea alguna que haya dicho que el juicio fue irregular ni que se vulneró derecho fundamental alguno. Que el abogado de Junqueras haya ganado el primer pulso (a balón pasado) no significa que su cliente haya dejado de estar condenado por sedición. Lo está al cabo de un juicio que quedó visto para sentencia antes de que fuera proclamado eurodiputado. Y es probable que los jueces del Supremo sean más cercanos a lo que ayer puso por escrito la Fiscalía: que procede inhabilitar ya a Junqueras y comunicarle al Parlamento que, conforme a la legislación española, no puede ejercer la representación de nadie.

El mal menor para Junqueras sería que le permitieran salir provisionalmente hasta que el Parlamento le levantara la inmunidad para regresar a prisión y seguir cumpliendo condena. Y en ese empeño es en el que Esquerra quiere embarcar a la Abogacía del Estado con la anuencia del Gobierno de España.

Desde el momento en el que Sánchez tiene negociando su investidura a un ministro y una vicepresidenta, la confusión entre lo que compete al Gobierno (gobernar) y lo que compete al Partido Socialista (negociar los apoyos a su líder) está servida. Servida y buscada.

En rigor, lo único que debería decir el Gobierno cada vez que Esquerra reclama que la Abogacía del Estado haga una u otra cosa es responderle que la Abogacía es del Estado, no del PSOE. Y que una institución que depende del gobierno no puede formar parte del mercadeo para obtener una investidura.

Pero no sólo no es eso lo que se le ha dicho a Esquerra, sino que se le ha venido a sugerir que la ministra de Justicia ya está en ello. Convirtiendo a la Abogacía del Estado en un instrumento comodín que lo mismo sirve para pedir que alguien salga de prisión como que siga en ella, dependiendo de lo que en cada momento interese no al Estado sino al partido.

El documento que se esperaba para ayer no ha visto la luz todavía. Es posible que los abogados del Estado no se sientan cómodos, ¿verdad?, siendo tratados como peones que tienen que poner lo que se les diga. Actores de una negociación política que nada tiene que ver con la defensa del Estado.

Con este panorama, se admiten apuestas. ¿Dirá algo el Rey Felipe esta noche de lo apetecible que es tener cuanto antes un gobierno aupado y tutelado por el mismo que hace sólo dos años intentó tumbar la legalidad democrática? ¿O elegirá el Rey otros temas para su discurso grabado? Qué sé yo. La importancia de llevarnos bien en navidades, de tener una alimentación equilibrada y de no pasarse chupando las cabezas de las gambas.

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Vídeo completo del Monólogo de Alsina