OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Póngase en la piel del Rey, aguantando los juegos de los líderes sobradamente preparados"

Póngase usted en la piel del Rey. Lo que le debe de pedir el cuerpo es juntar a los cuatro en la Zarzuela, encerrarlos en un despacho –-sin café, sin pastas, sin redes sociales, sin Netflix— y que le avisen cuando tengan claro si quieren que haya investidura o no quieren.

Carlos Alsina

Madrid | 17.09.2019 08:12

Si Sánchez de verdad la quiere, con sus 124 síes escasos, la tiene hecha. Le firma un papel hoy a Ciudadanos y al PP que diga que cumplirá sus tres condiciones y sale elegido con más abstenciones que ningún otro presidente. O le firma un papel a Pablo Iglesias que diga que le da los cuatro ministerios que le ofreció en julio, y también lo tiene hecho. Incluso con tres ministerios sólo. O con dos, que andan los de Podemos abaratando el casamiento: no es un gobierno de coalición, presidente, es una ganga.

Póngase usted en la piel del Rey. Será por ofertas, Pedro, será por ofertas. Dame una razón para no proponerte.

Como usted ya sabrá, el líder supremo de Ciudadanos, Albert Rivera se refundó ayer a sí mismo–sin admitir que lo hacía— y en su nueva versión rivero-pactista ha dejado de ser míster no-es-no para convertirse en no-te-digo-yo-que-no según y cómo. Se abre Rivera a hacer posible la investidura del doctor Sánchez –-anatema para el naranja hasta hace 24 horas—siempre que éste deshaga el pacto con el PNV en Navarra, renuncie a indultar a Junqueras llegado el caso y no suba los impuestos si algún día llega a hacer sus propios Presupuestos. Ah, y siempre que el PP también se abstenga, que esta condición es previa a las otras tres porque si dos hacen lo mismo los dos se blindan de las críticas del otro.

Cómo ha elegido Ciudadanos las tres condiciones para abstenerse en lo de Sánchez no lo explicó Rivera. O por qué tres y no cinco. O por qué ahora y no hace dos meses. Su argumento es que este país está al límite, pero vamos, que ya estaba al límite en agosto y él seguía cerrado en banda. Seguro que hubo un gran debate en la dirección de su partido ayer. No pasa uno de abrir la puerta a los críticos por defender que se le ponga precio a una abstención a defender que hay que ponerle precio a una abstención sin que nadie lo critique. Y ya fue profético el propio líder cuando se lamentó en este programa hace quince días de que si cumple su promesa electoral de hacer cuanto esté en su mano para acabar con Sánchez se le critica y si mañana acaba haciendo posible que gobierne Sánchez se le criticará también.

Lo que hace quince días le parecía incomprensible ha acabado siendo su oferta más hábil. Qué dura es la vida del junco, Albert, qué dura.

El caso es que Rivera ha hecho lo que muchos analistas le venían reclamando desde mayo –-atar a Sánchez para alejarle de independentistas y Podemos—, ha sorprendido al PP, le ha quitado el foco a Podemos y ha descolocado a la Moncloa. Dices: lo hace por interés propio, pensando en su campaña electoral si al final hay urnas, para no quedar como el rey del bloqueo. Enhorabuena por el análisis, pero tampoco hace falta ser un lince. Están en lo mismo Rivera, Iglesias, Casado y el propio Sánchez. Por eso, póngase en la piel del Rey, lo suyo es sugerirles regiamente que se aclaren.

A ver, Pedro, que aquí estos señores de la derecha dicen que están por investirte si cumples tres condiciones. Y aquí tengo una declaración tuya en la que dices que ya las cumples. Pues esto está hecho. Te propongo, entonces.

Los gurúes de la Moncloa no tenían previsto este giro naranja porque la reacción fue bien poco lucida. Sánchez improvisó primero una declaración en la que dice que él ya cumple esas tres cosas que se le exigen y luego su partido hiciera un comunicado que, diciendo que las cumple, demuestra que no está por la labor de cumplirlas.

Ya cumple las condiciones, dice. En realidad, lo que confirma el comunicado del PSOE es justo lo contrario. Confirma que ni se cumplen ni tiene intención de admitir condición alguna.

La primera condición –en contra de lo que dice el comunicado-- no es que Navarra tenga un gobierno en el que no esté Bildu, sino que María Chivite rompa con Geroa Bai (PNV) y se alíe con Navarra Suma en el Parlamento. Y eso no lo va a hacer Sánchez.

• La segunda condición no es que el gobierno se comprometa a hacer cumplir la Constitución en Cataluña, sino que firme una garantía de que nunca indultará a Junqueras. Y eso no quiere hacerlo Sánchez.

• Y la tercera no es que el gobierno se proponga aliviar la carga fiscal de las clases medias, sino que firme un papel que diga que no subirá los impuestos. Y Sánchez sí los subirá, a las rentas más altas, tiene dicho, y a los propietarios de coches diésel si alguna vez consigue gobernar con unos presupuestos que sean suyos, y no con lo que él le intentó tumbar al locuaz Montoro.

Lo que está diciendo Sánchez, al presumir de que ya cumple, es lo que ya tenía dicho de antes: o investidura gratis o elecciones.

Póngase usted en la piel del Rey teniendo que aguantar estoicamente –-árbitro y moderador— los juegos de confusión de estos líderes sobradamente preparados…para subirse cada día a la noria.

Qué momento cuando aparezca por allí Iglesias, látigo de reyes que borbonean, para sugerirle al monarca que borbonee. 'Ay, majestad, que es usted mi última esperanza. Dígale a Pedro que se siente conmigo tres horas, oblíguele a repartirse conmigo los ministerios'. Póngase en la piel del Rey. Pero vamos a ver, Pablo, que esto no es el trono de Hierro. Deja de ver Dragones y Mazmorras y céntrate, hombre, que vas a volver a perder las elecciones.

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