opinión

Monólogo de Alsina: "Al final el peso va a estar en la dirección de los colegios"

Carlos Alsina reflexiona en su monólogo de Más de uno sobre el plan del Gobierno sobre la vuelta a las aulas.

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Carlos Alsina

| 28.08.2020 08:15

En puertas del último fin de semana ya de agosto. El tiempo va a ser un asco estos próximos días. Sobre todo en el norte: hay una masa de aire polar que va a tumbar las temperaturas. Hasta quince grados menos. Viene lluvia en media España. Vienen tormentas. En Canarias, aire africano con un calor insufrible. Inestabilidad general. O sea, un tiempo más acorde con lo que es el estado general del país. Vienen meses muy fríos, muy inestables, muy duros.

Datos de ayer: casi diez mil nuevos contagiados de coronavirus. Diez mil en veinticuatro horas. El peor día de esto que llaman la segunda ola. En la última semana, setecientos brotes nuevos. Ciento treinta y dos fallecidos. En los hospitales hay seis mil ingresados por coronavirus. Todos los indicadores son peores que cuando empezó agosto. Pero ya dice Fernando Simón que oiga, hemos estado peor.

Igual esto es lo que más preocupa, que ya vimos la capacidad de reacción que tuvimos en marzo y abril. Ahora no se cansa el gobierno de repetir que vencimos a la curva y le ganamos la batalla (y todo aquello) pero por el camino se quedaron cuarenta mil vidas y miles de enfermos que aún hoy sufren secuelas.

Ayer el portavoz del gobierno tenía el día plácido ---situación relativamente tranquila dijo---, pero vamos, es el mismo Simón que la semana pasada lo veía todo bastante oscuro.

De manera que las cosas no iban nada bien la semana pasada, ayer marcamos los peores datos del mes agosto pero el mensaje ahora es que la situación es tranquila y que el pronóstico es bueno. ‘No cantamos victoria’, dijo ayer el ministro Illa. Hombre, ministro, como para cantarla.

Sabiendo del acierto que ha tenido siempre el gobierno en sus pronósticos, ya podemos encarar el mes de septiembre más tranquilos.

El cole empieza algún día del mes de septiembre. Depende de qué edad tengan sus hijos y en qué comunidad autónoma resida. En casi todos los casos la segunda semana de septiembre. En Madrid ya sabrá usted que hay abanico: del cuatro de septiembre al dieciocho.

Y desde ayer, hay documento de medidas sanitarias común a todas las regiones de España. Es decir, que se juntaron los consejeros autonómicos con la ministra Celaá y unificaron criterios. Bueno, más o menos. Dice el gobierno: distancia entre alumnos, mínimo metro y medio. A todos les parece bien. Mascarilla obligatoria desde los seis años. Venga, vale. Lavarse las manos cinco veces al día. De acuerdo. Que todo sea presencial, o sea, todos los alumnos en las aulas. Ah, ahí ya. Dice el gobierno de Madrid: no, no, semipresencial, yo ya he anunciado que los mayores de secundaria se irán turnando. Bueno, venga, ponemos en el documento presencial con prioridad para infantil y primaria. ¿Toma de temperatura? ¿Se le hace al niño en el colegio y que venga ya medido de casa? Uff, no lo tenemos claro. Pues no concretamos en el documento: toma de temperatura, ya se verá dónde. Más instrucciones comunes para todos (como estaban los gobiernos autonómicos tan necesitados de que les dieran pautas, ¿verdad?, que la ministra lidere, como dice Podemos). Dice el gobierno: antes de cerrar ningún colegio, le pedís permiso al ministerio de Sanidad. Y ahí saltan todos: ah, no, de pedir permiso nada, que la competencia de cerrar el colegio es nuestra. ¿Pero no queríais que el gobierno dé instrucciones? Ah, sí, pero ésta no.

¡’Acuerdo total’!, dijo la ministra. Alabada sea la gobernanza.

Ya hay plan común, ya hubo reunión, ya se dejó ver la ministra. Aquellos para los que el gran problema de esta vuelta al cole era que había diecisiete planes distintos ya estarán aliviados. En realidad, nunca ha sido ése el problema. Salvo que usted, padre o madre que me escucha, tenga a la mitad de sus hijos escolarizados en una comunidad autónoma y a la otra mitad en otra ---la niña va al cole en Madrid y al niño lo llevo a Murcia--- no parece que las diferencias entre regiones tengan que quitarle el sueño. A usted le van a importar las normas de la región en la que vive. Y sobre todo ---que éste si es el problema---, le va a importar si las normas anunciadas se pueden aplicar todas ellas en el colegio al que lleva a sus hijos.

Lo que se puede hacer para prevenir contagios es lo mismo en todas partes: mascarilla, distancia y desinfección. Y si ya ha habido contagio, detección y aislamiento. Es lo que hay. La cuestión es si en su colegio hay espacio para asegurar el metro y medio de distancia, si se ha podido habilitar aulas nuevas, si lo de dar clases al aire libre se puede mantener en noviembre, si entran a trabajar profesores nuevos para poder reducir de número los grupos... Al final va a ser cada colegio (profesores, padres y alumnos) el que tenga que organizarse con los recursos que las administraciones dispongan para poder sacar adelante el curso escolar. Si usted, padre o madre, tiene alguna duda, alguna preocupación, algún problema, a quien va a acudir no es a la ministra, ni al consejero autonómico. Es al colegio. Del que usted mismo forma parte. El peso va a estar en la dirección de los colegios. A estas alturas todos ellos lo saben. Más vale que profesores, padres y alumnos pongan cada uno lo que puedan de su parte para sacar adelante el curso porque con los gobiernos ya sabemos lo que pasa: de lo que prometen poner a lo que realmente ponen va un abismo. Mira lo que ha pasado con el ingreso mínimo vital y mira lo que está pasando con las ayudas a los padres que tengan que tener al hijo guardando cuarentena en casa.

En efecto, de la conciliación ayer no se dijo una palabra. Pero sí dijo la ministra que no debemos tener la menor duda de que el gobierno está en ello, velando siempre por las familias y sus necesidades. ¿Duda usted del gobierno? Ni se le ocurra. No me sea mal ciudadano. Encare el mes de septiembre con la tranquilidad que da saber que todo está en orden. Todo previsto. Todo controlado. Si en mejores manos no podemos estar.