Monólogo de Alsina: "Toda la opresión que ha sufrido Anna Gabriel es una citación del Supremo"
Que la detengan. Que es una mentirosa. Como en la canción. Que de refugiada no tiene nada. Y de perseguida, tampoco.
El juez Llarena dicta hoy la orden de detención de Anna Gabriel Savaté, madamme suisse. La suiza de la CUP. Protagonista del capítulo de hoy del serial.
Esta mujer que ha rehecho su vida, a la vez que su peinado, y se propone buscar trabajo como profesora de Derecho en Ginebra, aprovechando que habla francés y que se lo sabe todo sobre cómo burlar las leyes. Se ha pasado años llamando a la población catalana a incumplirlas.
Quizá esto es lo primero que le ha llamado la atención a usted sobre Anna Gabriel, o lo segundo, después de su nuevo aspecto —tan manso el de ahora y tan guerrero el de otrora, horquillas en lugar de flequillo, tono amable y en francés, que siempre endulza—. Saber que la señora Gabriel fue profesora de Derecho en la Universidad y aspira a colocarse de lo mismo en la universidad de Ginebra.
Si España no pide su extradición se busca trabajo de profesora de Derecho. Si la pide, entonces ella pide el asilo político.
Lo tiene todo pensado. Lo tienen todo pensado ella y sus abogados. Porque éste es otro dato interesante. No es que tenga uno, tiene varios. "Mis abogados2, dijo ayer en plural, como los famosos —lo están estudiando mis abogados—, debe de tener un bufete entero trabajando para ella.
Ella y sus abogados saben que no hay base para una extradición porque sufre una persecución política. Que lo sepa Suiza. No puede conceder su extradición porque es un país de acogida a los pobres perseguidos. A ver si se cree usted que pudiendo instalarse en Caracas, o en La Habana, ha elegido Ginebra porque está llena de bancos y se puede comprar de todo en las tiendas. No es por eso. Es porque allí no extraditan perseguidos políticos.
Miren, la señora Gabriel hasta ahora ni siquiera había sido detenida. Es una perseguida un poco rara, porque toda la opresión que sobre ella había hecho el Estado español es enviarle una notificación para que se personara en el Supremo con su abogado (o sus abogados, los que tenga). Es decir, lo mismo que Marta Rovira, Marta Pascal, Neus Lloveras, mujeres tan independentistas y tan combativas en lo suyo como ella. Gabriel iba en esta misma tanda de declarantes que se ha resuelto sin una sola orden nueva de encarcelamiento. Sólo que madamme suisse, a diferencia de estas otras mujeres, se subió al avión y puso tierra de por medio.
¿Por qué? Si ella no estaba entre los asesores aúlicos de Puigdemont. Ella era del grupo de agitadores externos, de los que no firmaban un papel, ni siquiera enseñó su voto el día de la proclamación en el Parlament. Irse a Suiza es una forma de darse importancia, de atraer el foco y dejar de ser una más de la tanda de imputados para pasar a ser la perseguida.
Ya es raro definirse como perseguida política cuando has sido diputada autonómica, has dado más mítines que nadie, has llamado a la movilización popular contra el Estado, has predicado la desobediencia a las leyes, te has arrogado el derecho a proclamar la república catalana, has cobrado tu salario del Estado y no te ha pasado nunca nada. Los perseguidos políticos no se pasan dos años disfrutando de la subvención en el parlamento autonómico ni van a la televisión a predicar las bondades de la crianza común de los hijos en las tribus.
Qué perseguida más rara que ha podido salir de su país sin el menor obstáculo, se ha dado una vuelta por Venezuela y ha recalado en Suiza sin que nadie se lo impidiera. Pero ya sabemos que España es cada vez más Turquía, según la síntesis tuitera del amigo Rufián. Recuérdese que él estuvo un sábado de visita en Estremera y narró el acontecimiento como si fuera Brad Davis en "El expreso de medianoche".
Como Puigdemont, sí. Como Puigdemont y sus cuatro valientes de Waterloo. El mismo miedo a decir en el juzgado todo esto que predican en el extranjero porque saben que intentar tumbar la Constitución no es una actividad amparada por el Derecho.
También Puigdemont se recortó el flequillo y no por eso dejó de ser el mismo que encabezó la embestida contra la legalidad democrática en Cataluña. Peinado para adelante o peinado para atrás sigue siendo un prófugo.
Alvaro Pérez. Condenado por la Gürtel. Tuvo momentos Scarlata O Hara en el Congreso ayer. Como éste en el que reclamaba justicia justa y no ejemplar. Reprochándole al ministro Catalá que esté todo el día con lo de la ejemplaridad.
Entretenidos estuvieron los portavoces de los grupos viendo a Pérez en acción. Cargado contra los medios y las tertulias. Contra los grupos parlamentarios. Contra Tardá. Narrando su vida en prisión. Su actitud diferente a la de Junqueras.
Reiterando lo que ya contó en el juicio de la Gürtel valenciana sobre los empresarios que pagaban gastos de campaña al PP y sobre Camps, que lo tenía todo controlado. Pero quedándose ahí cuando los portavoces le preguntaban por la caja B no del PP valenciano sino del PP de Madrid, el de la calle Génova.
Nada de nada de nada que incrimine directamente a Rajoy.
Lo más cerca que se quedó fue cuando mencionó a Ángel Piñeiro e Ignacio López del Hierro como presuntos corruptores. El primero, ex gerente del PP gallego y amigo de Rajoy y el segundo,empresario casado con Cospedal.
Pérez se pregunta por qué estas dos personas, que aparecen en los papeles de Bárcenas como donantes —aparece un Lopez H y un López Hierro— no han sido nunca citados ni ante la comisión ni ante un tribunal. Y esto le lleva a decir que la justicia no es igual para todos.
Lopez del Hierro ha anunciado una querella por difamación contra Pérez. A las nueve de la mañana estará en este programa Dolores de Cospedal.