OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Sortu da crédito a los de su cuerda"

La no noticia del día es que el partido de Arnaldo Otegi, puesto a elegir entre los dos guardias civiles agredidos en Alsasua y el pelotón de agresores que intentó reventarlos a golpes prefiera a los segundos. El engolado discurso falsamente conciliador del hombre de paz no llega tan lejos como para apoyar a la víctima de una paliza cuando ésta es un guardia. O la esposa de un guardia. O la novia de un guardia. A Sortu lo que realmente le indigna es que la policía foral detuviera a dos individuos como presuntos agresores (sólo dos, participaron bastantes más, según las víctimas). De los dos detenidos ha exigido su puesta en libertad inmediata: quién se cree que es la policía navarra para andar deteniendo a violentos izquierdistas abertzales.

Carlos Alsina

Madrid | 17.10.2016 07:59

Porque Sortu, que disimula poco y menos ahora que ya han pasado las elecciones, a quien da crédito no es a un guardia hospitalizado o a su novia con el cuerpo lleno de golpes, a quien da crédito es a los de su cuerda. A los de este grupito que se hace llamar Ospa no sé qué y que desea con todas sus fuerzas —subráyese lo de la fuerza— expulsar a las fuerzas de seguridad de Navarra. Este grupito que disfruta quemando muñecos con tricornio y que se ha tomado como algo propio lo ocurrido —por qué será—. El grupito que dice que la trifulca la iniciaron los guardias civiles empujando y amenazando a los pacíficos clientes del bar. A uno le dijeron "te voy a meter un tiro entre ceja y ceja", así para empezar. Y luego empezaron a repartir puñetazos y claro, los pobrecitos patriotas no pudieron contenerse y respondieron. A ver si ustedes entienden de una vez lo que pasó: fueron dos guardias agresivos y borrachos, dice estos izquierdistas abertzales, los que se la buscaron provocando "en nuestro terreno". Porque estos ospatarras creen que ese bar, como media Alsasua —o como todo Alsasua— es "su terreno". El lugar donde sólo los que son como ellos pueden entrar.

El gobierno de Navarra, que preside la nacionalista Uxúe Barcos y del que forma parte Bildu, ha condenado los hechos y expresado su apoyo y cercanía a los cuatro agredidos. Podía haberse quedado ahí. Ha habido una agresión, se sitúa uno del lado de los agredidos, confía en que los agresores paguen por lo que han hecho y punto. Pero no ha podido evitar la tentación el gobierno cuatripartito de dotar a su comunicado de ese aroma tan conocido del discurso abertzale sobre lo que ellos llaman el conflicto. "Estamos comprometidos con la cultura de la paz" dice, "la violencia sólo genera injusticia, dolor y víctimas que impide construir una sociedad mejor", y que hay que seguir "propiciando espacios de convivencia donde todos y todas podamos vivir desde el respeto mutuo".

No hay que propiciar espacios de convivencia. Los espacios ya existen. Son todos los lugares públicos. Lo que hay que garantizar es que quienes atentan contra esa convivencia sean vistos y tratados como lo que son: termitas. Un hatajo de termitas envalentonadas.

Seguimos en la cuenta atrás. Para lo nuestro y para lo de Estados Unidos.

· Si Donald Trump llega a presidente allí lo sabremos en veintitrés mañanas.

· Si Rajoy sigue de presidente aquí empezaremos a saberlo este próximo fin de semana. Cuando la dirigencia socialista se encierre en cónclave y, después de medir sus fuerzas los dos bandos, anuncien al mundo qué piensan decirle el PSOE al rey Felipe el lunes que viene.

Otra vez los dos bandos a la greña. No ya por la continuidad de Sánchez, que guarda un atronador silencio desde que fue destronado (guarda y aguarda), sino por la continuidad de su proyecto. ¿Qué se recuerda de Sánchez como líder? El "no es no". Dos años de labor como secretario general han dejado, como cosecha, tres palabras (o dos porque una está repetida): no es no. Y a dios pongo por testigo de que nunca será sí mientras de Rajoy se trate. A lo Scarlatta O’Hara.

Le quedan seis días al nuevo gurú del PSOE, el asturiano (e interino) Javier Fernández, para terminar de darle la vuelta a la posición de su grupo parlamentario. El "no es no" va a convertirse en un "cuando las circunstancias lo aconsejan, el no puede adoptar la forma de una abstención". De Fernández casi todos los socialistas hablan bien. Sólo Nuria Parlón, la perdedora de las elecciones a secretario general en Cataluña, ha cuestionado en público su forma de hacer. La insistencia de la gestora en que los diputados harán lo que se les diga le parece un rasgo de autoritarismo. Lo dijo el viernes en este programa.

En el sector que venció el comité federal anterior se da por hecho que esta vez también ganarán: sacarán adelante la abstención, pero el estado de opinión de los afiliados que se ha testado ya en agrupaciones importantes inquieta a algunos barones regionales. Hay poco clima favorable a dejar gobernar a Rajoy y mucho clima de ir a elecciones y que salga el sol por Antequera.

El próximo comité —-probablemente el domingo y del que habrá que salir lo que el lunes se le comunique al rey Felipe— lo organizan los vencedores de la batalla anterior. No se verá la mano de Luena detrás de una mampara. Pero batalla, otra vez, va a haber. Y es posible que los del no se agarren, en última instancia, a pedir libertad de voto para los diputados socialistas. Libertad de voto frente a la disciplina que abandera Ferraz. De pronto han descubierto el voto en conciencia. Como arma, ocasional e interesada, claro, contra la gestora del ordeno y mando.