Cuatrocientos alcaldes, señora. Ni uno, ni dos, ni tres, ni trescientos. Cuatrocientos de los mil que tiene Cataluña. Uno de cada dos y medio.
Especializada la administración catalana en la organización de abrumadoras coreografías callejeras, ofrecerá una nueva exhibición de músculo concentrando a esta legión de alcaldes con sus varas de mando para mandar a hacer puñetas al juez que instruye esta causa. Si para dos consejeras imputadas montaron el séquito del martes, para un president que entra al juzgado en el aniversario del fusilamiento de Companys hay que tirar la casa por la ventana. Sede vacante en los ayuntamientos, todo el poder municipal soberanista viajando ya en autocar hacia Barcelona. Hay dos citas literarias hoy en Barcelona: la de verdad, que es esta noche, el premio Planeta; y la fantasía épica con que Braveheart abrazará a las puertas del tribunal la nacionalidad catalana.
Huelga repetir lo que todo el mundo sabe: que el juez Abril Campoy no le va a preguntar a Artur Mas ni por Companys ni por Rafael Casanova. Lo que le va a preguntar es qué acciones tomó, qué instrucciones transmitió, al conocer que el Tribunal Constitucional ordenaba suspender la consulta de cartón y todo lo que de ella se derivara. ¿Actuó usted en consecuencia o se hizo el sordo? ¿Cumplió o desobedeció?, de eso se trata.
El rey Artur se organiza sus propias superproducciones con mas extras que Juego de tronos mientras la factoría de ficción del Partido Popular apuesta por adaptar éxitos televisivos ajenos. La última baza electoral del PP es un remake del vídeo que se marcó el partido dominicano de Leonel Fernández.
Como si fuera Urgencias pero sin diálogos. La metáfora más recurrida del gobernante en tiempos de crisis: cogí un país moribundo y lo he vuelto a poner en pie, ¿soy o no soy el mejor médico que ha conocido usted nunca? En la versión que ha hecho el PP hay dos diferencias con el original: si en aquel sale el candidato a presidente dándole el último empujón al paciente, en el de aquí sale un actor que interpreta a un médico con barba blanca. Dices: ah, ése es Rajoy. Pues no, porque tiene en pelo también canoso. Hay que fijarse en los detalles. La segunda diferencia es que en el video popular —“Anatomía de Brey”, lo llaman, si es que las ponen en bandeja—, uno de los médicos, cuando el paciente entra en urgencias desangrándose de déficit, dice “¡anestesia!”
Que ahí es cuando dices: ¿anestesia? ¿Acaso nos pusieron anestesia? Si en el primer consejo de ministros salió el doctor Montoro a amputarnos a todos los ingresos. Con el hacha de subir impuestos al por mayor. Que no es porque yo quiera, eh, es por su bien, amigo paciente. Anestesia, dice el Montoro del vídeo de los médicos. Como si no supiéramos que a los ministros de Hacienda siempre les ha gustado operar en crudo. Si el PP se animara a hacer una versión de su propio vídeo pero con los personajes reales aparecía Montoro diciendo a sus colegas: “Venga, hombre, mancharos las manos, que parece que os avergoncéis de ser cirujanos”. Espoleando el ministro a los suyos para que recuperen el orgullo, un revulsivo. Montoro en el quirófano dicéndole a Margallo: “revisa tus ideas, médico viejo, arrogante, que eres un arrogante”.
Lamentándose el doctor Montoro de que a él le toque hacer el trabajo sucio mientras otros salen a hacer declaraciones: “Yo aquí, salvando al moribundo, mientras ese médico galáctico, cómo se llama el que han fichado, sí ése, De Guindos, se pasea hacièndose selfies como si fuera Clooney”. Un gran vídeo el que podría hacer el PP quitando a los actores y poniendo al consejo de ministros de Hospital General. Ya que han copiado el video dominicano, que copien también, por Dios, el eslogan. Haciendo piña con el candidato.
P’alante presidente. No será el doctor House, pero cura de recesión a la gente. Trepidante día el que vivió ayer el PP: las cosas de Montoro, las cosas de Cayetana y las cosas del PP del País Vasco. Abatida Arantza Quiroga —la puntilla a Cospedal, secretaria general amortizada— este jueves anunciarán los populares el nombre de la persona que se hace cargo. Se llame como se llame, el muñidor enviado por Rajoy a remendar el partido para que aguante hasta después de las generales se llama Alfonso Alonso. El mismo que perdió el pulso con Quiroga en el congreso mal cerrado de 2014 regresa ahora como presidente de facto o en la sombra. Veremos. No es Montoro el único que anda pensando ya en las listas y en reivindicarse como valioso.
Con el partido en fin de etapa y con sus dirigentes (supervivientes) tomando posiciones, levantó alguna suspicacia ayer la forma en que Feijoo terminó su discurso en el Parlamento gallego. Tan sentido agradecimiento a algunos les sonó a despedida. Feijoo nos dijo aquí la semana pasada que hasta primeros de año no tomaría una decisión sobre su candidatura a la Xunta. Después, por tanto, de las elecciones generales y descartando, por tanto, la posibilidad de ir a Cortes en una lista. Eso nos dijo.