OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Media campaña fingiéndose mensajeros de la paz y ayer por fin Pedro y Susana exhibieron su desprecio mutuo"

Pedro, ¿sabes lo que es una nación? Éste fue el momento más revelador de la reyerta vecinal que se produjo ayer en Ferraz, ante la respetable militancia.

Carlos Alsina |@carlos__alsina

Madrid | 16.05.2017 07:59

El resucitado Pedro Sánchez, que intentó una vez ser investido presidente del gobierno, en apuros para responder a la pregunta que le hizo su antiguo valedor y hoy adversario, Patxi López.

Susana Díaz se pasó la hora y media de debate tratando de probar la insolvencia de quien fue secretario general del partido, durante dos años, con su bendición inicial y su aliento. Pero fue la pregunta de Patxi López la que puso a Sánchez en un aprieto.

La paradoja del debate es que Pedro se tambaleó un poco pero acabó respondiendo lo mismo que responde Patxi: que la nación se puede definir como un sentimiento. Once años después han descubierto ambos lo que ya se puso por escrito en el preámbulo del Estatuto catalán, enhorabuena. A saber: que los sentimientos no son un hecho jurídico y que la nación, que sí lo es, no se trocea.

Del debate de ayer decían los equipos de los candidatos que no iba a mover muchos votos y estaban en lo cierto. Si acaso, habrá movido algún voto a la abstención. En vista de que los dos favoritos, Susana y Pedro, Pedro y Susana, concurrieron con la única intención de dinamitarse el uno al otro. Fraternalmente, o sea, hasta rematarse despedazados. Se han pasado media campaña fingiéndose mensajeros de la paz y ayer, por fin, aparcaron el postureo y se exhibieron ambos en lo que de verdad les mueve: el desprecio al otro. O a la otra.

• Pedro es un tipo voluble, un perdedor del que nadie puede fiarse, según Susana.

• Susana es una desleal, una falsa ganadora que pretende silenciar a la militancia, según Pedro.

No soy yo, eres tú, cariño.

Proyecto, poco. Ideas aprovechables, ninguna nueva. Estímulos para la España que no milita en el PSOE, cero patatero.

• Si se trataba de levantar acta de hasta qué punto se detestan Pedro y Susana, misión cumplida. Gresca suprema.

• Si se buscaba exhibir lo falsos que pueden llegar a ser ambos cuando se sonríen, se besan, dicen respetarse y se llaman compañeros, objetivo alcanzado, cariño.

• Si se trataba de hacer un Sálvame en Ferraz —sálvame de este naufragio—, enhorabuena a los premiados: hoy ya es imposible dudar que el pedrismo y el susanismo sólo tienen en común el desdén, el desprecio, el odio al adversario interno. Estos son los que denunciaban la crispación.

No confrontaron proyectos. Se confrontaron ellos, sus fobias, sus agravios, sus ambiciones y sus rencores. Su pasado de enemigos acérrimos abierto y exhibido en canal. No fue un debate. Fue un navajeo.

“Y si gano yo, Susana, contaré contigo”, le dijo Sánchez. Claro que sí, eso es lo que nos está pareciendo a los espectadores, Pedro. Somos todos socialistas pero no sabemos en qué consiste serlo.

Yo creo que el debate lo ganóPatxi López.

• Lo ganó porque es el candidato perdedor.

• Lo ganó porque fue sincero al implorar que el partido sobreviva: nadie sabe qué sería de López si no existiera partido en el que perseverar.

• Lo ganó porque entre Susana y Pedro, Patxi ayer parecía Churchill.

Aunque no lo sea.

Y aunque para Pedro sea un traidor y para Susana, un espontáneo al que Rubalcaba empujó al ruedo para que enredara.

A Patxi le recordaron los otros el tremendo pecado de haber sido lendakari porque el PP así lo quiso y porque el PP le votó. Oh cielos, qué aberración.

Y él tuvo que emplearse a fondo para explicar que no fue plato de gusto, nadie se equivoque, claro que no, aceptó los votos del maldito PP porque no le quedaba otro remedio y porque lo mejor que le pudo pasar al País Vasco es que él fuera lendakari, no que el PP le bendijera para serlo.

Lo que une a los tres aspirantes no es el socialismo. Lo que les une es detestar al PP. El verbo grueso y la sobreactuación cada vez que mencionan las siglas del infierno.

El PP tóxico e infame. La peste, Susana, la peste. Álcese el cordón sanitario cuanto antes no vaya a ser que el PSOE se ponga aún más malito.

Si nueve años después de ganar por última vez las elecciones, y habiendo ido menguando su cosecha electoral cada vez que ha habido urnas, lo único que agita, que mueve, que impulsa a la militancia socialista es la aversión al partido de la derecha es que el problema del PSOE es más hondo de lo que nadie quiere ver.

Pedro fue secretario general dos años, con un comité federal que le bendecía todo, e hizo del ni agua al PP la razón de ser de un partido centenario.

Parafraseando a Susana, el problema del PSOE no es el PP y no es Podemos.

Tu problema, PSOE, eres tú.