OPINIÓN

Monólogo de Alsina: ¿En qué academia de Derecho estudió Puigdemont, en el Opening para líderes de carambola?

Se acabaron las excusas. El gobierno se ha pasado diez meses huyendo del control del Parlamento. Y la oposición otros diez recriminándole que no se dejara controlar. Hasta hoy.

ondacero.es

Madrid | 23.11.2016 08:07

Hoy vuelve la sesión de control semanal. 400 días después de la última vez. A las nueve empezaremos a ver cómo de eficaz es esta nueva oposición, tan diversa y tan nutrida, en la labor de marcaje al presidente y sus ministros. Con el PSOE todavía huérfano de líder —Antonio Hernando tapando el hueco con contrato de interino— y con unos cuantos diputados compitiendo por abrir los telediarios: Iglesias, Domeneq, Rufián, Baldoví, Albert Rivera. En este primer episodio de la nueva temporada hay preguntas sobre la pobreza energética, la precariedad laboral, el gasto en Defensa o los centros de internamiento de extranjeros. Y ojo que hay ministros debutantes. Algunos con larga experiencia en el debate político, Cospedal, Zoido, De la Serna, y otros con bastante menos. Alvaro Nadal abandona su posición en la trastienda de Moncloa y sale al escenario como nuevo ministro de Energía. Atentos a la pantalla que la mañana promete.

¿Qué es diálogo? ¿Y tú me lo preguntas, Francesc Homs? Diálogo es lo que quieras tú.

El Congreso ha dado vía libre al Tribunal Supremo para que siga investigando al aforado diputado y éste se presenta a sí mismo como la víctima política de una injusticia que hace imposible el diálogo. O me eximes de ser juzgado o te llamo intolerante. Otra vuelta de tuerca al manido repertorio.

Ayer se movilizó ayer el Independing Team para meter presión a los diputados del Congreso —del PSOE, del PP, de Ciudadanos— que no han querido evitarle a Homs un proceso judicial sólo por ser diputado, el privilegio. Hizo una excursión a Madrid (el malvado Madrid) el trío del procés —Puigdemont, Mas, Junqueras— con Lluis Llach amenizando el viaje y haciéndoles los coros. Para retratarse todos juntos (tots junts) delante de los leones —gladiadores valientes, lo que es no tener que fichar, cuánto tiempo libre te queda— y dar lecciones de democracia a los diputados.

Ahí estaba Artur Mas, president descabezado, reverdeciendo sus mejores espectáculos de contorsionismo. El Congreso no envía a nadie a juicio: el Congreso levanta la protección especial de que goza un diputado para que el tribunal correspondiente pueda decidir si le juzga. Y no debe de ser tan grave cuando el propio Artur Mas, tan aleccionador ayer en Madrid, está procesado por desobediencia al Constiucional por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Procesado sin necesidad de pedir suplicatorio porque para procesar parlamentarios autonómicos no se requiere.

Al heredero accidental de rey Artur, Carles Puigdemont el desmelenado, le salió la vena hiperbólica del editorialista que siempre quiso ser y, de hito histórico en hito histórico, amontonó unas cuantas frases campanudas sin mayor consistencia.

Su voto como ciudadano invalidado por conceder un suplicatorio. ¿En qué academia de Derecho estudió Puigdemont, en el Opening para líderes de carambola?

Francesc Homs estaría ya procesado en Cataluña, junto a sus compañeros de aventura —Mas, Ortega, Rigau— si el rey Artur no le hubiera concedido el deseo de marchar a Madrid como portavoz de Convergencia en el Congreso de los Diputados. Le juzgarán a él como juzgarán a los otros tres. Y no cabe descartar que, al final de ese juicio, los absuelvan. En cuyo caso va a ser de traca escuchar el argumentario de los cuatro. Si tan inocentes se saben no habrían de temerle tanto a un tribunal.

Ya sabemos que Homs achaca todo lo que le pasa a una maniobra del gobierno. Él mismo lo dio aquí (y fingiendo creerlo): el Supremo es un peón que actúa a las órdenes de la fiscalía y del Ejecutivo. El Supremo al servicio del PP, díselo a Rita Barberá que le da la risa tonta.

La maniobra de pressing independentista no prosperó y el Congreso concedió ayer el suplicatorio. Ya está. La posición que defendía el grupeto del procés (con Podemos y Compromís defendiendo con uñas y dientes el privilegio del aforamiento, seamos corporativos, impidamos que rinda cuentas uno de los nuestros) quedó en minoría y perdió. Unas veces se gana y otras se pierde. Aunque cada vez que el Congreso vota y el independentismo pierde pretenden convertirlo en un ataque a la democracia, un frontón, un muro inmovilista, una traición al pueblo y bla bla bla. Qué rabieta. Porque le han quitado el fuero.