OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "El comisario Villarejo sirve la munición (Corinna) y la oposición anti monárquica abre fuego"

Esta palabra: 'afortunadamente'.

Esta palabra que pronunció la portavoz del Gobierno de España, ministra Celaá, cuando le preguntaron el viernes por las grabaciones que Villarejo le hizo a Corinna.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 16.07.2018 07:51

Afortunadamente. La palabra que evidencia que el gobierno no sólo considera las grabaciones, sino que es consciente del esfuerzo que va a hacer su socio preferente, Unidos Podemos, para convertir el asunto Corinna en una causa general contra la Corona. No contra Juan Carlos, el jubilado, sino contra Felipe, el que está en el trono. Objetivo: dinamitar la legitimidad del jefe del Estado cuestionando la institución dinástica y poniendo a toda la familia bajo la sospecha de los negocios ocultos y la evasión fiscal. Villarejo sirve la munición y la oposición anti monárquica abre fuego.

Muy rápido sonó el alivio de la portavoz del Gobierno Sánchez

…muy rápido porque obliga a dar por hecho que el Gobierno ya sabe todo lo que hay en la cintateca del comisario cloaca y porque da por hecho, también, que el rey actual está blindado.

Contra el rey Felipe, en efecto, no existido nunca —ni siquiera como bulo— indicio o sospecha de actividad ilícita alguna, pero teniendo al cuñado cumpliendo condena por fraude y tráfico de influencias y teniendo al padre señalado por ocultación de patrimonio, raro sería que Podemos no pusiera en circulación la doctrina de la corrupción familiar. Imposible, dirán, que el hijo no supiera en lo que andaba el padre y el cuñado.

El director del Centro Nacional de Inteligencia, bestia negra de Villarejo y parece que también de Corinna, ha dado un paso este domingo y pide comparecer en el Congreso. Son, por tanto, dos las vías por las que las grabaciones a Corinna saltan a la arena parlamentaria: el uso que de ellas va a hacer Unidos Podemos y lo que tenga interés en contar el general Sanz Roldán. Bien es verdad que el jefe del CNI comparece sin cámaras ni micrófonos, en esa comisión que se llama de control de los fondos reservados y que todos conocemos como de secretos oficiales. Porque lo que allí dentro se dice tienen obligación los asistentes de que permanezca secreto.

Sanz Roldán repite así el movimiento que ya hizo hace cinco años, entonces con éxito. Hace cinco años fue Corinna en persona quien le dijo al diario El Mundo que ella había hecho algunos trabajos para el Estado en política exterior y porque altas autoridades se lo pidieron. Aquella fue la entrevista en que se refería a su relación con Juan Carlos como entrañable amistad. Le preguntaron a la portavoz del gobierno de entonces a qué trabajos se refería Corinna y quién se los había pedido.

Este gobierno era el de Rajoy, que llevaba un año y pico en la Moncloa. Primero se desmarcó Santamaría de esa persona a la que usted se refiere y después fue su subordinado, el director del CNI, a contarle a los diputados de la comisión de secretos que Corinna no había trabajado para el Estado. Qué otra cosa les contó, si es que les contó algo, nunca llegó a saberse. Pero Cayo Lara, el más republicano de los presentes, salió de allí diciendo que quedaban por aclarar en los tribunales aspectos relativos a la casa real.

Porque entonces, marzo de 2013, aún era rey con todas las consecuencias don Juan Carlos. Inviolable, a todos los efectos. A diferencia de hoy, que sólo es aforado. Puede ser investigado por el Tribunal Supremo.

El Gobierno Sánchez, de momento, del rey de antes no ha dicho nada…

…pero sus socios de la moción de censura le van a apretar para que diga. Para que indague. Y para que levante el secreto de la información que obra en poder del Estado sobre la Corinna la conseguidora, la presunta testaferra, la amante del rey Juan Carlos que recibió al comisario Villarejo acompañado de Juan Villalonga y en perfecto castellano les cantó a los dos la traviata.

¿Sobornó el gobierno Zapatero a las mafias de la inmigración de Senegal y Mauritania?

El diario El País abrió su edición del sábado con la noticia de que el CNI pagó a los dueños de los cayucos de Mauritania y Senegal para que dejaran de traer personas a Canarias. Año 2006 y 2007. Mientras el presidente Zapatero predicaba los acuerdos con los países de origen para promover su economía y mejorar sus condiciones de vida, el dinero de los gastos reservados acababa en manos de los mafiosos. El diario cita fuentes cercanas al gobierno de entonces que confirman que agentes del CNI viajaron a Mauritana y Senegal para establecer contacto con las mafias y ofrecerles el mismo dinero que obtenían cobrando a los emigrantes con la condición de que cesaran los viajes.

En su libro 'La España de Alá', Ignacio Cembrero ya publicó que el trato preferente que Moratinos dio al general Abdelaziz, en Mauritania, buscaba acabar con los cayucos aunque fuera a costa de llenar los bolsillos del militar y taparse la nariz ante sus modos antidemocráticos. Y también, que aquello que el gobierno llamaba política de cooperación carecía de soporte documental que acreditara a qué de destinaba el dinero. Los comprobantes de las ayudas al desarrollo en Mauritania y Senegal son incompletos, defectuosos o simplemente no existen. Seguramente porque ni los militares corruptos ni los jefes de las mafias estaban por la labor de firmarles recibís a los agentes del CNI.

Puestos a arrojar luz sobre nuestra historia reciente, ahí tiene Pedro Sánchez un asunto interesante: cómo se frenó, de verdad, la avalancha de cayucos de los años de Zapatero. Cuál fue la verdad y cuál la historia que desde aquel gobierno nos contaron.