OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Aunque Errejón envejece más despacio, Monedero está loco por jubilarlo"

De ratones y hombres. Igual a Kirk Douglas, con sus cien años a cuestas, ya le interesa poco, pero esto de los ratones rejuvenecidos es la historia más sugerente de la semana. La pregunta que desde hace tanto tiempo se viene haciendo el ser humano (bueno, usted igual no y yo tampoco, pero los genetistas, los biólogos, los filósofos sí que se la hacen): ¿es posible dejar de envejecer? ¿Seguir viviendo sin que nuestro cuerpo vaya teniendo cada vez más averías, visitando cada vez con más frecuencia el centro de salud, arrugándosenos la piel, endureciéndosenos el oído, viendo cada vez peor de cerca? ¿Estamos condenados a envejecer porque la vida consiste en eso o podemos llegar a dominar el efecto que tiene sobre nosotros el paso del tiempo?

Madrid | 16.12.2016 08:10

Sé que a estas horas de la mañana no estamos ninguno para filosofar, pero usted verá qué prefiere: la novedad científica, fascinante, de los ratones rejuvenecidos o la señora Forcadell, que acudirá esta mañana en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña tocando la flauta de Hamelín mientras la sigue en procesión la plana mayor del independentismo.

Los ratones, entonces. Izpisúa.

Las noticias científicas, como las culturales, suelen ir en el furgón de cola de los programas informativos. Pero si dentro de veinte años usted tiene la oportunidad de someterse a un tratamiento para revertir su envejecimiento acuérdese de este día de hoy. Para entonces igual de Forcadell, y de Puigdemont y de un tal Monedero que se decía que había amenazado a un compañero ya no se acuerda ni ellos mismos.

Los ratones. Que son, criaturas, el banco de pruebas para experimentar lo que alguna vez confiamos en que funcione en nosotros.

Uno de los aspectos más atractivos de esta noticia es que el punto de partido haya sido una enfermedad de ésas que llamamos raras. La progeria, que son los niños que parecen viejos, o el síndrome de Werner, que es el envejecimiento acelerado. Personas que no es que parezcan mucho mayores de lo que son, es que son mucho más viejas que las personas sanas de su misma edad. Indagando en la causa, la diferencia que tienen esas personas y que determina ese envejecimiento acelerado (la mutación genética pero experimentada en ratones) es como se ha llegado a encontrar una primera forma de conseguir lo contrario, frenarlo y revertirlo.

El viernes pasado estuvimos hablando de la longevidad, que es otra cosa, o de la inmortalidad, que para algunos es un sueño y para otros, una pesadilla. Esto de ahora es cumplir años manteniendo más en forma nuestros tejidos y nuestros órganos. Ser capaces de rejuvenecerlos recurriendo a la modificación genética. Y corrigiendo, que ésta es la parte más peliaguda, los efectos indeseados de esa modificación.

Con los ratones ya se había conseguido que regeneraran una parte de su organismo, sólo que a la vez desarrollaban tumores que eran letales para el animal. Las contraindicaciones. Si rejuveneces la célula pero causas un cáncer, no compensa. Ahora el equipo de Izpisúa lo ha conseguido. En ratones. Hay una puerta abierta para que se pueda hacer en nosotros, pero no mañana ni pasado mañana. Y aún falta mucho para que un tratamiento tan experimental como éste pueda llegar a aplicarse en el hospital de referencia. Pero…el paso está dado. Y con permiso de Puigdemont, de Forcadell, de Rajoy, de las elecciones y de Monedero, es lo más interesante que ha pasado estos días.

Iñigo Errejón envejece más despacio que cualquier otro dirigente de Podemos, pero sólo en términos físicos, porque en términos políticos el falso joven Monedero está loco ya por jubilarlo.

Al niño Errejón se lo quieren quitar de en medio. Cuenta El Confidencial esta mañana que Pablo Iglesias se plantea promocionar a Carolina Bescansa como portavoz del grupo parlamentario y apartar a Errejón —amigo, hermano, compañero— del puesto que hoy desempeña. Si gana en Vistalegre Bis el sector pablista —y hay poca duda de que será ese sector el que gane— las horas del errejonismo pueden estar contadas.

El sofoco de la tarde de ayer para los pablistas fue leer al diputado Yllanes, que hasta hace cuatro días era juez, acusando por escrito al veterano Monedero de haberle amenazado para que cierre el pico. “Puedes decir lo que quieras de mi hasta febrero, pero una vez que vuelva el orden más vale que te andes con ojito”. Por qué será que a nadie le resultó inimaginable que Monedero, dedo índice en alto, le advirtiera en esos términos al diputado crítico. Hubo, como es costumbre en el partido epistolar, intercambio de textos en la red y a la acusación de amenazas respondió Monedero manifestando su cariño al amenazado (perdón, al compañero, hermano, lo que sea) y atribuyéndolo todo a un malentendido. E Yllanes, persuadido de que meter más gasolina a este incidente no iba a traer nada bueno, aceptó la explicación de Rebeca —perdón, de Monedero— y dio por liquidado el fugaz episodio del “ojito con lo que dices” en el comedor del Congreso.

La fraternal coexistencia de los adversarios internos —Errejón y Monedero, la vieja historia del desquite, la revancha que el segundo espera— empieza a ser cada vez más coexistencia y cada vez menos fraternal. Estos dos no pasan la nochebuena juntos.

Puigdemont: “Nosotros no rompemos nada”. España no cuenta. La Constitución no cuenta. Es verdad que no la rompen. Porque no pueden.