Explotó la nave llena de artefactos pirotécnicos, se llevó por delante dos viviendas enteras y causó daños serios a otras ocho, al menos. En la parroquia de Paramos. Veintisiete de cuyos vecinos tuvieron que ser atendidos por la heridas que les produjeron los cristales rotos y los objetos que salieron disparados.Una mujer perdió la vida, hay siete niños entre los heridos.
Del dueño de esa nave, que permanece detenido, no hay muchos datos pero sí una sospecha firme: que esa nave no tenía ni licencia ni supervisión alguna y que el dueño se dedicaba a montar fuegos artificiales en fiestas populares pero al margen de la ley, de manera clandestina. Como hacen decenas de personas en Galicia, según la Asociación de Empresas Pirotécnicas de la región. Personas que ofrecen precios muy bajos porque sus garantías, y su seguridad, también son muy bajas. Como ayer sintieron en sus casas, y en sus vidas, todos estos vecinos que pensaron que se acababa el mundo.
Se lo comían a besos, señora. Ni Justin Bieber en sus mejores conciertos. Venga fotos con sus fans. Abrazos. Palmaditas en la espalda.
¿Quién? Quién va a ser. La estrella refulgente, Cristóbal Montoro. El ministro a perpetuidad. El peón más eficaz de la cuadrilla del matador Mariano.
Uno tras otro los diputados del PP felicitando a Montoro. Dices: ¿por qué? ¿Por tener imputado en un juzgado de Jaen a su secretario de Estado? No, porque el Congreso le aprobó los Presupuestos. Sí, señora. Hasta le sobró un voto. No fueron 176 sino 177. Misterio: ¿ha negociado el gobierno con algún otro nacionalista que no sepamos? Además del PNV, además de Coalición Canaria, además de Pedro Quevedo (nacionalistas vascos, nacionalistas canarios)? Parece que no. Parece que alguien apretó el botón que no era y le dio al gobierno la alegría de tener incluso un voto más de los previstos.
Rajoy salvó la meta volante, se ganó primero a Ciudadanos, después a los dos canarios, a los dos navarros, y traía apalabrado desde el año pasado el voto favorable del PNV. Los cinco diputados de Aitor, el del tractor. Que son los cinco de Urkullu. Los cinco cuyo apoyo a todos los Presupuestos necesarios para que la legislatura aguante hasta el 2020 se cerró, en realidad, en la primavera de 2017. Cuando se negoció el cupo.
Lo que el PNV ha hecho ahora es cumplir su parte del contrato de entonces. Sacándole a Rajoy el caramelo de colgarse la medalla por la subida de las pensiones y tragándose el sapo, eso sí, de tener que dejar a Andoni Ortúzar como un bocazas.
No jugaban porque pensaban que el 155 iba a terminar antes de que a ellos les tocara saltar al campo. Pero le pasó al PNV lo mismo que le pasó a Rajoy. Que Puigdemont, desde Berlín, se creó un avatar llamado Joaquim Torra y se puso a la tarea de boicotearle al gobierno (y de rebote, al PNV) el calendario. Haces que te invistan presidente, te pones a nombrar consejeros presidiarios y consigues que el pulso se prolongue unos días más. Justo los días que Urkullu calculaba que no llegarían.
A quien Puigdemont le ha hecho una faena con esta historia es al amigo Urkullu. El mismo al que le aseguró que convocaría elecciones anticipadas en Cataluña y a quien dejó como mediador averiado cuando en lugar de convocar se tiró al barranco de proclamar la independencia. Así se va escribiendo la historia de la pérdida de amigos, de aliados, de apoyos del camarada berlinés. Si hasta ayer era el PNV el que más prisa tenía porque QuimDeMont Torra se rinda y busque consejeros fuera de las prisiones hoy es Esquerra Republicana. Ya está Tardá entonando el mismo cántico de hace unas semanas: esto de que los intereses del país (se refiere a Cataluña) están por encima de los nombres y las personas. Que es la forma de decir: dejalo ya, Torra. Déjalo ya, Puigdemont. Pon consejeros corrientes y empecemos a ocupar de nuevo los despachos y a manejar de nuevo el presupuesto.
El copresidente del gobierno central, Iñigo Urkullu, ha avalado la doctrina de su compadre Rajoy sobre el 155. Se levantará cuando haya un gobierno de verdad en Cataluña. Todo eso que Aitor el del tractor, haciéndose el interesante, dejaba caer en la tarde de ayer.
Obsérvese que en ningún momento se le ha escuchado al PNV arremeter contra el gobierno por negarse a bendecir los nombramientos de QuimDeMont Torra.
El tiempo le ha dado la razón a Pedro Sánchez.
No habría hecho falta que el PSOE se abstuviera para investir a Rajoy si el PNV hubiera visto con claridad hace dos años lo que ahora tiene tan claro. Que a un presidente en minoría se le puede sacar casi cualquier cosa.
Pablo Iglesias barre para lo suyo. ¿Incoherencias? Ah, de todos. Pero los demás partidos no convocan consultas y el suyo sí. O mejor, y él sí. Porque esta consulta a la militancia la decidió él sin preguntar más que aIrene Montero.
No las debe de tener todas consigo Pablo cuando está incitando a la militancia a hacerle caso a su consulta y no darle la espalda. Debe de estar funcionándoles a los críticos la idea de abstenerse como voto de castigo cuando ha tenido que salir Pablo a avisar de que, como voten pocos, también se marcha. Si me queréis, venirse….a votar.
Ya les conté el lunes que esta consulta deberían haberla llamado 'callémosle la boca a Kichi'. Sólo busca eso: dejar a los kichis de Podemos como desleales insolidarios que ponen en apuros a los líderes y le dan bazas a la derecha que quiere destruirlos. La salmodia de Monedero. No deja de ser interesante, es verdad, el entusiasmo con que algunos medios que tenían a Kichi como la encarnación del mal anticapitalista le hacen ahora homenajes en sus páginas. Pero el objetivo e Pablo e Irene (y el tito Echenique y el tito Monedero) es poder comparecer el lunes con un dato demoledor que deje al sector kichi (digo al sector crítico) mudo para unos cuantos años.
Entretanto, sólo cabe comprar más palomitas y ver hasta dónde llega lo de Kichi y Monedero. Porque aquí hay ganas de hacerse daño. Monedero restregándole Kichi que haga homenajes a la virgen. Y el otro respondiendo con lo que más puede doler a Monedero: decir que no es ni divertido ni brillante ni gracioso.
De meterno. Buenas noshes.
Que dice Kichi que esto no gusta en el sur, Monedero. Que no pongas acento cuando mítines en Sevilla, o en Cádiz. Que no grabes más vídeos en camiseta de tirantes preparando el petate para bajarte a Cádiz.
Me voy para Cái. Y como me voy, me vuelvo.