La mayoría de ellos, franceses. Se perdió contacto con el avión cuando aún no llevaba ni una hora en el aire. Dado que la zona, entre Mali y Níger, es complicada para las comunicaciones, se mantuvo la esperanza de que pudiera reducirse todo a eso, un problema de comunicaciones. El tiempo fue pasando y dando pie ya a nuevas hipótesis, la del secuestro, el posible aterrizaje de emergencia o, finalmente, el accidente fatal, el avión estrellado. Por antes de las dos de la tarde, la autoridad aérea argelina, país de destino, confirmó que el avión de la compañía española se había estrellado, aunque el gobierno francés prefiere añadir, prudentemente, que “es probable” que se haya estrellado, pero no seguro. El ministro de Exteriores Fabius dijo esta tarde que los militares franceses, desplegados en el norte de Mali en misión de paz -estamos hablando del Sahel- han recibido instrucciones para cooperar en la búsqueda del aparato. Aunque la dirección de la investigación corresponde a Argelia, es Francia quien está buscando los supuestos restos del avión en el norte de Mali, en la región de Kidal, donde algunos habitantes dicen haber escuchado una explosión esta madrugada y han puesto sobre aviso a los militares desplegados en el norte del país. Los seis españoles que integran la tripulación son Agustín Comerón, piloto, Isabel Gost, copiloto, Rafael Gasanalieb, Miguel Angel Rueda, Raúl Montero, Federico Cárdenas, tripulantes de cabina. La compañía ha habilitado este número de teléfono para atención a familiares: 900 264 270. No consta que haya españoles entre el pasaje, en el que hay nacionales de Burkina Faso, Argelia, Líbano, Canadá, Alemania y Luxemburgo, entre otros. Son circunstancias diversas y escenarios distintos pero una semana, tres aviones de pasajeros han acabado, de manera abrupta, en tierra y decenas de vuelos han sido cancelados por temor a sufrir algún percance en el aeropuerto de Tel Aviv.