OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Que pase el siguiente"

Carlos Alsina reflexiona en Más de uno sobre las dos sesiones de investidura de Alberto Núñez Feijóo que han tenido lugar en el Congreso de los Diputados.

👉 Feijóo pierde la primera votación de su investidura con 178 votos en contra

Carlos Alsina

Madrid | 28.09.2023 08:22

Que pase el siguiente. Falta la última convocatoria del examen, mañana en el Congreso, pero Feijo ya se sabe suspendido en su pretensión de gobernar España. 178 diputados en contra, 172 a favor. Creo que estos mismos números nos los hicimos ya en la noche del 23 de julio: 171 decíamos entonces, porque al PP el escrutinio final aún no le había añadido uno. Sucedió lo que estaba cantado que sucedería. Sin que eso signifique que la sesión de investidura no debería haberse producido. La única opción real que manejó, o más bien soñó, Feijoo en la noche electoral y las atragantadas horas siguientes fue encontrar la manera de reclutar para su causa al PNV, por aquello de que es tan de derechas como él, o más, y que hace muchos años contrajo matrimonio con Rajoy, cuando el viento soplaba a favor del PP y el nacionalismo vasco sorbía y soplaba a la vez, como hizo siempre.

Soñó Feijoo con persuadir a los Ortúzar y compañía advirtiéndoles del destrozo electoral que les estaba causando su condición de costaleros de Sánchez, del trato de favor que le ha brindado el PSOE a Bildu, del malestar del empresariado vasco por las políticas económicas de inspiración yolandista. La llave la tuvo el PNV y nunca existió, en realidad, ninguna duda de que lejos de investir a Feijoo preferiría sumar su llave a las otras llaves independentistas. La de Bildu, la de Esquerra, la de Junts. Mejor parte del franskenstein que aspira a traer la autodeterminación que aliado con Feijoo, por mucho aprecio personal que le tenga Urkullu.

Segunda jornada del debate de investidura

La segunda jornada del debate le brindó al aspirante la ocasión de desquitarse en público del novio que nunca pudo ser y por eso no ha sido. Haciendo broma sobre la condición progresista de la derecha nacionalista vasca y refutando la coartada de que no le invisten a él porque va de la mano de Vox. Ya intentó refutarla Feijoo a primeros de mes persuadiendo a Abascal, y consiguiendo, de que no exigiera ministerios para votar sí a su investidura. Será un gobierno sólo del PP, lo juro. Pero el PNV no se movió. Aunque no estuviera Vox tampoco se habría movido.

Alusiones al PNV

El PNV está más acostumbrado a criticar a PP y PSOE en el Congreso que ser él el criticado por PP y PSOE. Las alusiones al PNV suelen ser amables porque el gobierno de izquierdas le considera uno de los suyos y la oposición conservadora nunca pierde la esperanza de poder atraérselos algún día. De modo que Aitor Esteban navega por el Congreso como un barco de repuesto al que nadie tiene interés en abrirle una vía de agua. Puede que eso sea lo único que ha cambiado ayer: el aspirante del PP, al choque socarrón con el PNV por haber sido muleta de Sánchez desde la hora temprana de la moción de censura.

Ronda de consultas

Y ahora ya, que pase el siguiente. Al rey le tocará después del viernes, el sabrá cuándo, celebrar otra ronda de consultas para, naufragado Feijoo, saber si Sánchez está en condiciones de intentarlo. ¡Cómo no lo va a estar, majestad, es Sánchez! Ni aunque pareciera misión imposible dejaría de pelearlo. E imposible dejó de parecerlo cuando acogió en el seno de su gran familia a Esquerra, como uno de los suyos, acogió en su seno a Bildu como uno de los suyos y bendijo a Junts per Cataluña como uno de los suyos. Y al PNV claro, lo del PNV siempre estuvo tan hecho que nadie se ha preguntado si han empezado ya a negociar y cuál es el precio. Como con Bildu, protagonista la legislatura anterior del proceso de blanqueamiento y homologación que ahora le toca a Junts per Cataluña. Paréntesis: la señora de Bildu creyó ser ayer muy ingeniosa al decir que iba a investir a Feijoo líder de la oposición.

Lo previsible es que le rey le diga a Sánchez que lo intente

Líder de la oposición. Una de dos: o Bildu se considera ya gobierno de España, o es que, siendo oposición, acepta tener a Feijoo como líder.

Lo previsible es que le rey le diga a Sánchez que lo intente. Que pase el siguiente. ¿Cuántos diputados te han garantizado su voto, Pedro? ¿En público o en privado, majestad? En público o en privado. Porque en público, a día de hoy, Sánchez tiene 152 votos confirmados: los suyos y los de Sumar. Ya puede presumir el candidato de tener detrás dieciséis partidos. En público o en privado. Aún no lo han dicho, pero vamos, que cuento con 178 síes para 179, todo el independentismo está conmigo. Pues nada, que se pasen por la Zarzuela y me lo vayan diciendo. Ah no, que todos mis socios de investidura lo boicotean a usted y boicotearán, ya se lo aviso, a Leonor. Pero vamos, que la investidura la tengo a punto de caramelo.

Claro, imagínate que Sánchez acaba yendo a una investidura sin tener la seguridad de que la gana. O aún peor, que la pierda. Con la matraca que han dado estas tres semanas atizando a Feijoo por ir a la investidura a perderla. Estos son los clásicos del PSOE: la investidura fallida sólo es aceptable y conveniente cuando quien la falla es Sánchez. La investidura fallida es intolerable, una pérdida de tiempo, una farsa, cuando quien la falla es cualquiera que no sea Sánchez. Que, por cierto, es quien más investiduras fallidas ha tenido. Una de la mano de Rivera, con Rivera sí, con Rivera sí, y otra de la mano de Iglesias, que le dejó tirado porque no le daba los ministerios que él quería. Qué tiempos aquéllos: se renunciaba a ser presidente si Pablo Iglesias te exigía una vicepresidencia. Hoy no se renuncia aunque Puigdemont te exija que los amnistíes.

Iglesias consultaba a su militancia

Por cierto, cuando Iglesias consultaba a su militancia para que le bendijera las condiciones de los pactos (que él ya tenía decididas), Sánchez se indignaba muchísimo y lo llamaba mascarada y consulta trucada. Ahora se dice por ahí que él convocará una consulta entre militantes del PSOE para que se pronuncien sobre la amnistía. Algún día habrá de reconocer el actual presidente cuánto ha aprendido de la forma de funcionar de Iglesias. Tanto, que el discípulo acabó superando al maestro.

Próxima estación: que Sánchez consume su enésimo giro y exponga a la sociedad las bondades recién descubiertas de una amnistía. No porque esté falto de escaños, sino porque España está falta de concordia. Vé reservando el Liceo, Salvador, que nos hacemos otra puesta en escena como la de los indultos. Tiene prometido el presidente que dirá claramente qué piensa y en lo que anda. Salvo que cambie de opinión, se entiende.

Declaraciones de María Jesús Montero

La número dos de su partido, ministra Montero, nos confirmó ayer en este programa que en efecto fue ella quien hace sólo dos meses celebró que se le levantara la inmunidad parlamentaria a Puigdemont.

Tiene que ser juzgada. Era ella quien lo defendió en julio. Y es ella quien ayer empezó diciendo que se ratifica para decir después que bueno, pero, y que ya veremos.

Sigue pensando que quien se aparta de la ley debe ser juzgado pero hay margen político para que si ese quien es Puigdemont no tenga por qué serlo. No sé si se entiende la posición. Es un poco lo del diputado que ayer votó no cuando quería votar sí y a lo que dijo sí es a que votaba no.

Y es ella quien ayer empezó diciendo que se ratifica para decir después que bueno, pero, y que ya veremos

Pues lo de la amnistía, lo mismo. Amnistía sí no. Los Sanchos somos todos Sánchez.

Presidente por la gracia de Waterloo

En breve sabremos (si es que no lo sabemos ya) cómo respira el presidente en funciones. Se habla mucho estos días de medida de gracia de Sánchez a Puigdemont. Pero Puigdemont lo ve al revés. Es él quien va a tener una medida de gracia con Sánchez apuntalando, o completando, su escaso resultado electoral con siete diputados prestados. Presidente por la gracia de Waterloo.

Que pase el siguiente. Feijoo suspendió el examen y no será presidente. Pero su entorno se declara encantado de cómo ha ido su no investidura. Como dice la prensa afín, no ha ganado la presidencia, pero se ha ganado el liderazgo del PP y de la oposición. Cielos, son dos cosas que se supone que ya tenía. Prensa afín y descreída.

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