Héroes que son humanos y son villanos. A veces se llaman Armstrong, el deportista que superó un cáncer y ganó un título detrás de otro, el gran fraude que descalificó a cuantos sospecharon que lo era; otra veces se llaman Saville, el adorado presentador de la televisión británica, volcado con las causas benéficas y la infancia, el predador sexual que abusó y violó de decenas de menores durante años; en ocasiones se llaman OJ Simpson, el afable jugador de futbol americano y rostro habitual de programas de televisión, al que detienen y procesan por el asesinato de su ex mujer y un amigo de ésta, el Simpson que salió absuelto del crimen pero habiendo quedado retratado como un maltratador.
Hoy el nombre del héroe cuya estrella declina es Oscar Pistorius, el joven surafricano que asombró al mundo al convertirse en atleta olímpico pese a haber sufrido, siendo un bebé, la amputación de sus dos piernas, el atleta paralímpico que peleó por competir en las pruebas para corredores ordinarios, el Blade Runner del atletismo, ejemplo de determinación, de autoconfianza y de sacrificio. Detenido esta pasada madrugada en Pretoria como presunto autor del asesinato de su novia. Cuatro disparos que él atribuye a una confusión (creyó que ella era un ladrón que se había metido en su casa) y que la policía considera “asesinato premeditado” con episodios previos, según han contado los investigadores, de peleas domésticas aparentemente violentas.
La investigación es aún incipiente pero no parece que vaya a prolongarse mucho. El único involucrado es Pistorius y será su palabra contra las evidencias que, en su caso, pueda aportar la policía. Nombres míticos que acaban en sumarios judiciales. Son historias distintas entre sí, con grados de responsabilidad y de castigo también distinto (en el caso de Pistorius aún está por demostrarse su culpabilidad) pero comparten todos ellos el mismo shock que la noticia, cuando salta, provoca en aquellos que los siguieron, los aplaudieron y los admiraron. Y entre ellos, las marcas comerciales que ligaron su nombre a la imagen de integridad y admiración que los héroes encarnaban. Que al tesorero de un partido político se le descubra metiendo dinero en la caja indigna al personal, pero seguramente no sorprende.
Parece que hay oficios, ocupaciones, que traen la sombra de sospecha incorporada de serie. A diferencia de estas otras vinculadas al deporte o la cultura que a menudo presuponemos (erróneamente, como se ve en algunos casos) con los valores, los principios, un escalón moral por encima de los otros. Los nombres que rutinariamente aparecen en las investigaciones policiales son los de concejales de urbanismo, constructores, cargos orgánicos de partidos políticos. Desde que saltó lo de Bárcenas hemos estado tan ocupados contando millones defraudados, anotaciones manuscritas y sobresueldos presuntos que apenas hemos dicho nada de los otros viejos conocidos, los otros casos de corrupciones presuntas cuya investigación sigue avanzando. Pokémon, Mercurio, Andorra, el caso Campeón.
La Pokémon ha traspasado hace tiempo las fronteras autonómicas. La investigación comenzó en Lugo, la mayoría de los detenidos lo fueron en las provincias gallegas, pero ahora ya son treinta los imputados y ha sido detenido un alcalde convergente en una localidad de Girona, otras tres personas en Cataluña y un militante del PP en Asturias. Con todo, el mayor número de detenciones sigue estando en Santiago, en cuyo ayuntamiento ha habido hoy registro policial y donde ha sido detenido el concejal de Seguridad, Albino Vázquez. Además se ha registrado la vivienda del ex alcalde de la ciudad -que es “ex” porque Feijoo le animó a dimitir- Conde Roa. El presidente gallego, que viene haciendo un discurso más duro que la dirección nacional de su partido respecto de casos como Bárcenas -”me repugna”, dijo ayer, días después de demandar explicaciones “contundentes” a Ana Mato- se enfrenta de nuevo a un episodio de presunta corrupción -enriquecimiento fruto de tráfico de favores- en el ayuntamiento de la capital de Galicia.
Por eso hoy le ha tocado exigir en público explicaciones al equipo de gobierno de ese municipio, “y probablemente también disculpas”, según dijo. Ha dicho Feijoo que no es normal lo que está pasando en este ayuntamiento, lo que está saliendo a la luz, se entiende, fruto de la investigación judicial en marcha. Seguramente lo que quiso decir es que no debería ser normal que el trato de favor, los enchufismos, las adjudicaciones a los amigos, el tráfico de influencias fuera el pan nuestro de cada día en tantos y tantos municipios de España.
Y que no debería ser normal que los cargos políticos anden siempre colocando a los suyos y recolocándolos cuando alguna administración cambia de signo político. Eso que ellos llaman no llamar tirada a la gente. Si teníamos a una persona colocada en el gobierno autonómico catalán (uno de esos cargos de confianza) y ahora pierde el empleo porque han cambiado las tornas, recoloquémosla en algún ayuntamiento de los que gobernamos. Que esto es lo que ha tumbado, al final, al alcalde socialista de Sabadell, Manuel Bustos, implicado en la operación Mercurio y protagonista de la peripecia política más extraña de los últimos días.
Cuando estalló el caso dijo que abandonaría su cargo orgánico en el partido pero no la alcaldía (se lo debía a los vecinos que le votaron); después dimitió como alcalde -perdón, se apartó del puesto- alegando que eso era lo mejor para el municipio (cambió de idea); hace una semana se reincorporó “con la conciencia muy tranquila”, según dijo, y dispuesto a enfrentar la posible moción de censura que amagaba con presentarle la oposición; y hoy, después de tanto que me voy, que me vengo ha presentado su dimisión porque, otra vez, es lo mejor para el municipio. De concejal, en todo caso, se queda, y dispuesto, según dice, a demostrarle al juez que las conversaciones telefónicas en las que aparece maniobrando para recolocar en el ayuntamiento de Montcada a una señora se han malinterpretado porque nunca fueron tráfico de influencias. Aunque en esas conversaciones se le escuche decir que hay que apretar a la alcaldesa para que contrate a la recomendada, aunque no sea apta para el puesto, en detrimento de otra candidata que sí reúne los requisitos. A Pere Navarro, el actual responsable del PSC, se le acumulan los líos. La operación Mercurio sigue abierta y el espionaje a Sánchez Camacho y la ex novia de Pujol, también.
El juez de la Audiencia Nacional tiene sobre su mesa la denuncia que presenta Victoria Álvarez para que se investigue quién ha realizado, o encargado, vigilancias, seguimientos y grabación de sus conversaciones. Por lo publicado hasta ahora -veremos en qué acaba la investigación policial- el trabajo de la agencia de detectives Metodo 3 lo encargó el Partido de los Socialistas de Cataluña. Aunque habrá que estar atentos a la pantalla porque hay más grabaciones que se están investigando y que podría haber sido encargadas por el mismo u otros clientes para espiar a empresarios y políticos que acudían con frecuencia al restaurante de las flores con grabadora, o sea, La Camarga, el restaurante en el que ahora todo el mundo sin abrir la boca.