MONÓLOGO DE ALSINA

Monólogo de Alsina: ¿Ha habido trato de favor a los clubes de fútbol españoles?

Les voy a decir una cosa.


En julio la reacción fue convertir a Joaquín Almunia poco menos que en un traidor a su patria. En julio, cuando la comisión europea declaró ilegales las ayudas del Estado español a los astilleros, se fraguó un frente común de las empresas, los trabajadores y las administraciones públicas para cargar contra la comisión, culparla de la desaparición (se dijo) a que condenaba al sector del naval y exigirle que reculara y se rindiera.

ondacero.es

Madrid | 16.12.2013 20:14

El comisario de la competencia era español, Almunia, razón de más para que antepusiera su origen al criterio de los técnicos y renunciara a exigir a las empresas que habían financiado la construcción de buques la devolución de ayudas fiscales contrarias a la normativa europea. Hubo gran revuelo, discursos muy vehementes que apelaban poco menos que al patriotismo para condenar las pretensiones de la comisión, y hubo, al final, que asumir que aquellos incentivos al naval habían sido incompatibles con la libre competencia en Europa.

Ahora no son los astilleros, sino el fútbol. El sector del fútbol, uno de los más renombrados y reconocidos sectores económicos de nuestro país: los clubes que compiten con otros clubes nacionales pero también con otros clubes europeos, por ejemplo, el Bayern de Munich, que desde hace tiempo está dando la batalla contra las ventajas fiscales de que disfrutan, en su oponión, otros clubes de Europa, como los holandeses, los belgas o…los españoles.

La Comisión Europea no revela cuál es el origen concreto de la denuncia que desde hace casi dos años viene investigando, pero sí confirmará esta semana que abre expediente sancionador a siete clubes de fútbol (tres que son sociedades anónimas y cuatro, los cuatro clubes, que no tuvieron que transformarse) por haber recibido, presuntamente, ayudas contrarias a la competencia comunitaria, es decir, ilegales.

Antes de que el comisario Almunia lo anuncie este próximo jueves (la última vez que le preguntaron sobre este asunto fue en octubre y sólo dijo que seguían en ello), le ha pisado hoy la noticia el ministro García Margallo, antes eurodiputado, bien enterado de lo que se cuece en Bruselas y principal publicista de la marca España, que según él, incluye también, y por supuesto, al fútbol español, envidia del mundo entero. El ministro ha chivado, a la vez, que se va a abrir el expediente que afecta los siete clubes y que el gobierno español, destinatario primero de la colleja europea, responderá con sólidos argumentos para demostrar que no ha habido trato de favor alguno y que todo está en orden. ¿Lo está?

Por lo que se sabe, son dos las zonas de sospecha en que ha investigado la comisión. La primera, las ventajas de que disfrutan quienes no se han convertido en sociedades anónimas deportivas (Real Madrid, Barça, Athletic de Bilbao y Osasuna) respecto al resto de los clubes, españoles incluidos. Estas cuatro entidades pudieron eludir la obligación de convertirse en sociedades anónimas deportivas, hace veinte años, porque habían tenido balances saneados los cinco años anteriores a la nueva ley del deporte. Y esa diferente personalidad jurídica les permite ---denuncian los demás--- endeudarse más y fichar caro.

Segundo ámbito de la investigación comunitaria: el trato de favor de la Hacienda española a algunos clubes y sociedades anónimas deportivas por permitirles, por ejemplo, mantener una deuda millonaria durante años, a base de aplazamientos y facilidades, sin ejecutar nunca del todo el cobro. Hacienda reclama al fútbol español, 38 equipos de primera y segunda, 620 millones de euros.

La liga de futbol profesional dijo el pasado mes de septiembre, como quien presenta en sociedad su primer brote verde, que por primera vez en doce años, la deuda no ha crecido. Entiéndase bien: no es que la deuda haya menguado, es que no ha crecido. Primera vez en doce años. Y el ministro, tan dado a airear qué sectores le deben más dinero, no ha piado.

Y además, están bajo sospecha operaciones inmobiliarias y avales de la administración para la consecución de créditos ventajosos (las administraciones publicas valencianas, como es sabido, acabaron avalando, es decir, asumiendo ellas el riesgo, de que los equipos de la comunidad no pudieran devolver los créditos que habían pedido).

¿Puede considerarse contrario a la libre competencia europea no exigirle a las sociedades anónimas deportivas que paguen a Hacienda de una vez lo que deben ---lo que deben a Hacienda, poque de sus otros acreedores ni hablamos, son más de 2.500 millones de euros sumándolo todo---. ¿Puede considerarse eso competencia desleal? La respuesta es sí, claro que puede. No significa que sea eso lo que acabe determinando la comisión, pero todo apunta.

Hacer la vista gorda con las obligaciones fiscales de una empresa (llámese club o sociedad anónima deportiva) es otorgarle de tapadillo una ventaja financiera que sus rivales europeos no tienen. Dices: los contribuyentes corrientes tampoco. Ya, pero estos como no están considerados marca España, sino España a secas, le preocupan menos al gobierno que habrá de responder al expediente.

Margallo ha dicho esta tarde lo que Soria dijo cuando astilleros: que tenemos una defensa muy bien fundada y daremos, a conciencia, la batalla. Esto no es Astilleros, pero podría terminar pareciéndose. Administraciones públicas, directivas y seguidores, juntos contra Almunia. Por enredar con el fútbol, orgullo patrio.

Todo lo que podría pasar --no es poco-- es que se obligue a los clubes de futbol a devolver las ayudas ilegales. Es decir, y en la mayoría de los casos, pagar de una vez sus deudas con Hacienda. Claro que, para algunos clubes, eso significaría declararse abiertamente en quiebra. Y para el gobierno, tener que decidir si los deja caer o los rescata. Para tranquilidad de los aficionados, devolver las ayudas no significa devolver los títulos. El Barça de Guardiola conservará todas sus conquistas deportivas aunque prospere la investigación que impulsó el Bayern de Munich antes de fichar él a Guardiola.